viernes, 23 de octubre de 2015

ALGO MAS QUE PALABRAS.


N













Todos nos merecemos la vida para vivirla. Por tanto, la humanidad más que aspirar a encender fuegos, debe afanarse en que la gente, en particular los mas pobres, no mueran antes de tiempo. Hoy más que nunca se precisa en el mundo el compromiso ciudadano de una ética colectiva, capaz de cambiar modos y maneras de vida, de superar conflictos y divisiones que nos matan.

   
Verdaderamente andamos sedientos de luz, de verdadera sabiduría, para poder discernir la realidad de la mentira, la tolerancia del fanatismo, la vida de la muerte. El mundo ha sido creado para recrearse en el, para vivirlo plenamente todos con todos, sin discriminación alguna, y bajo el estimulante del amor. No se alcanzará el auténtico progreso, mientras no se esclarezcan los horizontes.
El oscurecimiento de los valores morales, favorece comportamientos que ponen fin a la existencia.

   
El hombre, todo hombre, tiene que ponerse al servicio del hombre. Ciertamente, la familia humana, tiene que despojarse del flagelo de la guerra, volviéndose una única comunidad en el mundo, donde todos dependemos de todos, y por la que es necesaria avivar un clima de mutuo diálogo entre todas las culturas, En cualquier caso, urge armonizar diferentes valores en el seno de todas las civilizaciones, para poder cultivar una vida más crecida de vida, y así, dejarse cautivar por la contemplación, tan necesaria para reencontrarse el hombre con la naturaleza. Desde luego tenemos QUE SER CADA DÍA MAS SENSIBLES A LAS MÚSICAS DEL UNIVERSO Y A LAS ENERGÍAS DE LA TIERRA, SEMBRANDO DE VIDA TODAS LAS AVENIDAS
 DEL PLANETA.