purpura
LOS COLORES DE LA NATURALEZA
sábado, 16 de agosto de 2014
Beethoven Moonlight Sonata (Sonata al chiaro di luna)
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"Sonata casi una fantasía para piano compuesta y dedicada a la señorita condesa Giulietta Guicciardi, de Ludwig Van Bethoven.
La "damigella" o señorita a quien se refería la dedicatoria anterior era su alumna, la condesa Giulietta Guicciardi de 17 años y de quien se decía que estaba enamorado. Se trataba de la hija del Conde Guicciardi, personaje triestino que en primavera de 1800 había sido trasladado a Viena como consejero de la cancillería bohemia. La familia estaba emparentada con los Brunswick, muy amigos de Bethoven y el artista pronto contó a Giulietta entre sus discípulos aristocráticos, no aceptando ninguna remuneración por las lecciones en las que se mostraba muy exigente como profesor. En aquellos días se aproximaba el músico a los 30 años. Al cabo de algún tiempo, las relaciones entre profesor y alumna se convirtieron en un afecto mas cálido, esto se pude comprobar en su correspondencia, ya que después de una carta muy melancólica escrita a Wegeler, el maestro le dirigió otra en la que decía:
" Ahora vivo mas feliz, no podrás nunca figurarte la vida tan sola y triste que he pasado en estos últimos tiempos... Este cambio es obra de una cariñosa, de una mágica niña que me quiere y a quien yo amo".
y continúa:
" Al cabo de dos años he vuelto a disfrutar de nuevo algunos instantes de felicidad y por primera vez creo que el matrimonio podría hacerme feliz, pero desgraciadamente no es ella de mi posición y no puedo pensar en casarme"
Efectivamente, en la familia de Giuletta habrá oposición a sus amores y aquella niña de 17 años de voluntad débil o inconstante muy poco después se casó con el conde Gllenberg, que era un músico "amateur" que escribía ballets bastantes mediocres. La ruptura entre Giuletta y Bethoven se produjo inmediatamente después de ser publicada la sonata y el gran artista que no había nacido para la felicidad ni el amor, lloró amargamente su desengaño.
El apodo CLARO de LUNA se haría popular después de su muerte, surgiendo a raíz de una comparación que el poeta y crítico musical Alemán Ludwig Rellstab realizó entre el primer movimiento de la pieza y el claro de luna del lago de Lucerna.