Paganini - El violinista del Diablo

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El maestro italiano Niccolo Paganini, que se destacó en el siglo XIX como virtuoso violinista y compositor, fue un ser humano complejo por su vida licenciosa, de lujuria y adicción a la bebida y el juego, sin embargo, fue idolatrado como artista en toda Europa, sus presentaciones despertaban delirio y ello creó el rumor que había efectuado una especie de “pacto con el diablo”.

El director inglés Bernardo Rose recrea un relato basado en la vida del artista, y para lograr retratarlo, acertadamente se contrató a David Garret, quien es considerado actualmente uno de los más destacados concertistas de violín en el mundo, por lo tanto las escenas musicales son realistas e impactantes con las magistrales interpretaciones.

En esto radica la fortaleza de la película a bien llamar El Violinista del Diablo. Las melodías tienen un papel protagónico y cautivan al espectador, elevando el nivel de lo que pudo haber sido únicamente una trivial película biográfica.

En el papel de Urbani, el siniestro manager de Paganini, se luce Jared Harris, hijo del gran actor Richard Harris.

Los amantes de la buena música especialmente la que se puede crear con un violín, tienen el privilegio de escuchar “Caprice No 4” y “Moto Perpetuo”entre otras notables obras.

La leyenda de Niccolo
Son varias las leyendas que se tejieron sobre el genio Niccolo y su éxito rotundo. Algunos dicen que fue su madre quien se soñó con el diablo y fue este el que le aseguró que su hijo sería un gran violinista. Su padre desde corta edad lo inicia con este instrumento musical y desde los 5 años comienza a mostrar gran destreza para tocarlo.

Otra de las leyendas asegura que el genial violinista eliminó a uno de sus rivales y fue condenado a pagar con cárcel, lo que llevó a Paganini a pactar con Lucifer su libertad a cambio de su alma.

Y la tercera resultó de un supuesto testigo que dijo haber visto en una noche cómo el violinista realizaba una especie de ritual diábolico para garantizar “tocar como los ángeles”.

Todas estas leyendas crecieron como espuma, mientras que el virtuosismo del genovés le sumaba mucho dinero a su cuenta, que malgastaba sin consideración. A pesar de sus demanes nunca le faltó el dinero, ni el trabajo, y mucho menos las mujeres, a pesar de ser considerado un hombre feo.

Lo cierto es que a su fallecimiento, en el ambiente se daba por sentado su relación con el cornudo y la iglesia tras el anuncio de su deceso no permitió su entierro, por lo que su ataúd permaneció en un sótano hasta 36 años después, tiempo en el que  fue permitido que sus restos fueran transferidos a un cementerio en Parma.