miércoles, 4 de diciembre de 2019

EL ORACULO DE DELFOS





El oráculo de Delfos, situado en un gran recinto sagrado consagrado al dios Apolo, fue uno de los principales oráculos de la Antigua Grecia. Estaba ubicado en el valle del Pleisto, junto al monte Parnaso, cerca de la actual villa de Delfos, en Fócida (Grecia), a 700 m sobre el nivel del mar y a 9,5 km de distancia del golfo de Corinto.
De las rocas de la montaña brotaban varios manantiales que formaban distintas fuentes. Una de las fuentes más conocidas y más antiguas era la fuente Castalia, rodeada de un bosque de laureles consagrados a este mismo dios.
La leyenda y la mitología cuentan que en el monte Parnaso se reunían las musas, diosas menores del canto y la poesía, junto con las ninfas de las fuentes, llamadas náyades. En estas reuniones, Apolo tocaba la lira y las divinidades cantaban.
Originariamente tenía el nombre de Pito y alcanzó gran notoriedad en el mundo helénico desde mediados del siglo VIII a. C.



Delfos


Hay diversas propuestas acerca del origen del topónimo de Delfos. Una de ellas propone que viene de Delfino (Δελφινης), que era el nombre del dragón mitológico que custodiaba el oráculo antes de la llegada de Apolo.1​ También se ha escrito que su origen parte de un mito según el cual Apolo se convirtió en delfín para atraer a un barco cretense, del que quería utilizar a la gente como sacerdotes; los cretenses desembarcaron y fundaron Crisa y se les encargó ser sacerdotes del templo y que adorasen al dios bajo el nombre de "Apolo Delfinio" para rememorar su conversión en delfín.2​ Al templo de Apolo se le llamó igualmente Delfinion (Δελφίνιoν).

Pitón (Pitia)


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El santuario se construyó en el lugar conocido en la Antigüedad como Pito, nombre que en griego presenta dos formas (ambas femeninas): Πυθώ, -οῦς y Πυθών, -ῶνος (Homero. Il. 2.519 y 9.405; Od.8.80). Este nombre (que carece de etimología aceptada) se relaciona con el de la gran serpiente o dragón que, según la mitología, vigilaba el oráculo primitivo (véase el siguiente apartado). En la Antigüedad se intentó dar una etimología al nombre de Pito que lo relacionara con las funciones del santuario. A estos intentos de etimología popular se refieren su relación con el verbo "pythomai" (πύτωμαι) = "pudrir", que se relacionaría con el hecho de que Apolo habría dejado pudrirse a la serpiente tras haberla matado; o con el verbo pynthanomai (πυνθάνομαι) = "informarse, aprender" que se referiría a las funciones del propio oráculo.


Del término "Pitón" provienen los de "pitia" (Πυθία) o "pitonisa", nombre de las sacerdotisas del templo, que interpretaban las respuestas.

Orígenes del santuario

Hay testimonios de ocupación humana cercana al emplazamiento del santuario de Delfos de época arcaica desde el Neolítico, concretamente en una gruta del macizo del Parnaso. Ya en época micénica y en el mismo emplazamiento del santuario hubo primero (c. 1400 a. C.) una pequeña aldea que fue abandonada en algún momento entre 1100 y 800 a. C.
El santuario propiamente dicho apareció después de esta fecha con un altar, al que siguió un primer templo. El nombre de Pito se relaciona en la mitología con el de una gran serpiente o dragón Pitón hijo de la diosa Gea (la Tierra) que vigilaba un oráculo consagrado a su madre, o bien era compartido por Poseidón y Gea. Una tradición indica que Gea cedió a Temis su parte y esta lo regaló a Apolo. Por otra parte, Poseidón intercambió la suya con Apolo por Calauria.3​ Sin embargo, la versión más difundida dice que, con el fin de establecer su propio oráculo con el que guiar a los hombres, Apolo mató a Pitón con su arco y tomó posesión del oráculo. Para establecer el culto del nuevo santuario desvió un barco de sacerdotes cretenses (cf. Himno Homérico a Apolo). En el lugar original de este templo había exhalaciones de vapores subterráneos, según una tradición antigua no verificada por la moderna arqueología (cf. Estrabón, 9.3.5).

Funcionamiento del oráculo en época clásica

Pitia o Pitonisa


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Se sabe que la elección de este personaje se hacía sin ninguna distinción de clases. A la candidata solo se le pedía que su vida y sus costumbres fueran irreprochables. El nombramiento era vitalicio y se comprometía a vivir para siempre en el santuario. Durante los siglos de apogeo del oráculo fue necesario nombrar hasta tres pitonisas para poder atender con holgura las innumerables consultas que se hacían por entonces. Sin embargo, en los tiempos de decadencia solo hubo una, suficiente para los pocos y espaciados oráculos que se requerían.
Los consultantes tenían una entrevista con ella unos días antes del oráculo. Este hecho está perfectamente documentado en las noticias que dan los autores de la Antigüedad. El oráculo se celebraba un día al mes, el día 7 que se consideraba como la fecha del nacimiento de Apolo. Los consultantes eran de todo tipo, desde grandes reyes hasta gente pobre. En primer lugar se ofrecía un sacrificio en el altar que había delante del templo. A continuación se pagaban las tasas correspondientes y por último el consultante se presentaba ante la Pitia y hacía sus consultas oralmente, según se cree.
Se conoce muy poco sobre el rito que se seguía en el oráculo. Se sabe que la Pitia se sentaba en un trípode que estaba en un espacio llamado aditon, al fondo del templo de Apolo Pitio. Αδυτων significa "fondo del santuario" y τo αδυτoν significa "lugar sagrado de acceso prohibido".
En el oráculo de Dódona se hacían las consultas grabadas en laminillas de plomo de las que se han encontrado bastantes ejemplares en las excavaciones. La Pitia daba respuestas (el verdadero oráculo) que un sacerdote recogía y escribía en forma de verso. Después se le entregaba al consultante. En un primer momento, las sentencias de la pitonisa se hacían en verso, pero a mucha gente le parecía extraño que, siendo Apolo el dios de la música, tuvieran las predicciones tan mala calidad rítmica y melódica. Así que pronto la pitonisa comenzó a predecir en prosa.
Uno de los enigmas con el que se enfrentan los estudiosos del tema es el gran número de aciertos que tuvo el oráculo de Delfos. La fe en él era total, incluso si se equivocaba, porque en ese caso se decía que el fallo era la interpretación de lo dicho y no el oráculo en sí.
Durante siglos ha corrido una leyenda en forma de verdad histórica acerca del oráculo y el estado de la Pitonisa. Dicha leyenda se difundió a partir de los autores cristianos de los siglos III y IV, como Orígenes y San Juan Crisóstomo. Eran tiempos en que la época de la Grecia clásica se veía como un acérrimo paganismo al que había que ridiculizar. De esta manera los escritores inventaron algo que a través de los siglos tuvo siempre mucho éxito. [cita requerida] Lo describían así:

Maqueta del Santuario de Delfos en el Museo Arqueológico de Delfos
El trípode de la Pitonisa o Pitia se hallaba sobre una grieta muy profunda de la roca. Por esa grieta emanaban unos gases tóxicos que hacían que la mujer entrara rápidamente en un estado de embriaguez y desesperación con grandes tiritonas, es decir, entraba en trance, desgreñada y arrojando espuma por la boca. Además masticaba hojas de laurel, lo que ayudaba a alcanzar ese estado psicosomático.
Lo cierto es que no se ha encontrado hasta el momento ninguna descripción sobre el momento del oráculo en los escritores griegos o latinos. Ningún autor pagano ha descrito nunca una escena de consulta, ni siquiera Plutarco en su obra Diálogos píticos. Por otra parte, los estudios arqueológicos y geológicos recientes hechos en la zona del templo de Apolo aseguran que en la roca no existe la fisura profunda de que se habla en la leyenda. [cita requerida]

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Sibila

Según algunas tradiciones, la primera pitia o pitonisa que actuó en el oráculo de Delfos se llamaba Sibila, y su nombre se generalizó y se siguió utilizando como nominativo de esta profesión. Ni Homero (siglo IX al siglo VIII a. C.) ni Hesíodo (siglo VIII a. C.) hablan de las sibilas; su nombre aparece por primera vez en el siglo VI a. C. y es el filósofo Heráclito de Éfeso (544-484 a. C.) el primer informador de estos personajes. Se pensaba que las sibilas eran oriundas de Asia y que en cierto modo sustituyeron a las antiguas pitias.
La descripción bastante exacta de cómo fue el recinto sagrado se conoce gracias a las informaciones de Pausanias en el siglo II y a la confirmación de esos escritos hecha por las excavaciones arqueológicas.

Una cerca sagrada llamada períbola rodeaba todo el enclave del santuario. En la esquina sureste del recinto comenzaba la vía sacra que iba subiendo montaña arriba, serpenteando y pasando por delante de pequeñas edificaciones llamadas tesoros y de diversos monumentos, hasta llegar al templo del oráculo, templo de Apolo y continuando hasta el estadio en lo más alto. El peregrino accedía por la puerta principal de esta vía sagrada.
En el valle pueden verse cientos de olivos plantados, cuya extensión llega hasta el golfo de Corinto. Se dice que es el mayor olivar del mundo.

Las divinidades



  • Apolo Pitio era el dios principal del santuario. Pero en los meses de invierno tomaba protagonismo el dios Dioniso porque Apolo se marchaba al paraíso septentrional. Por esta razón se hizo una ornamentación distinta en los tímpanos del gran templo. En el tímpano del este se esculpió la tríada apolínea (Apolo, Artemisa y Leto) y en el del oeste el tiaso, que era la reunión de fieles que celebraban el culto a Dionisos.
  • El santuario de Atenea Pronaia se encontraba en la terraza de Marmaria, hacia la parte de abajo. Pronaia significa "la que está antes del templo". En esta terraza había dos templos dóricos, uno en honor a Atenea y otro para Artemisa, estaba también el tesoro eólico (llamado tesoro de Massalia, actual Marsella) y el tesoro dórico. Allí estaba junto con estos edificios el tholos o rotonda de columnas del siglo IV a. C., cuyas ruinas quedan aún en pie.
  • Durante el siglo V a.C. se estableció el culto a Asclepio (patrón importante de la medicina, hijo de Apolo).

El ónfalos

El ónfalos es el ombligo del mundo. La leyenda cuenta que el dios Zeus mandó volar a dos águilas desde dos puntos opuestos del Universo.

Las águilas llegaron a encontrarse aquí, en Delfos, donde una piedra cónica llamada ónfalos señala el lugar. La piedra, en forma de medio huevo, fue descubierta durante las excavaciones cerca del templo de Apolo.
Estas piedras que representan el ombligo del mundo eran un símbolo del centro, del lugar donde empezaría la creación del mundo. Al colocarlas en un determinado espacio, lo sacralizaba y lo convertía en el centro religioso. En el caso del ónfalos de Delfos, así fue y este santuario se convirtió en el ombligo o centro religioso de toda Grecia.
En algunas monedas encontradas en el recinto se puede ver la imagen del ónfalos, esquematizada y representada por un punto en el centro de un círculo. La piedra mencionada se halla expuesta en el museo de Delfos.

Historia del santuario

Por la arqueología y los escritos antiguos se sabe que en el siglo VIII a. C. hubo en este lugar de Delfos edificios sagrados. Pausanias, el historiador griego del siglo II d. C., recoge la tradición y entre otras cosas cuenta que los tres primeros templos fueron construidos, uno con laurel, otro con cera de abeja mezclada con plumas y el tercero con bronce.
La arqueología demuestra que en esta época ya era famoso el nombre de Apolo no solo en el lugar, sino en tierras lejanas. Los exvotos sacados a la luz en las excavaciones son muy significativos: Renombre de Apolo Pitio que era famoso en lugares remotos, caballos de Tesalia, trípodes del Peloponeso, soportes de recipientes de Creta, etc.
Pasado el tiempo fueron aumentando las ofrendas, sobre todo los exvotos de bronce. Se han encontrado escudos cretenses, cascos corintios, calderos con cabezas de grifos llegados desde Samos y el Peloponeso y estatuillas diversas.

Apogeo


A finales del siglo VII a. C. ya se construyen templos especiales para Apolo y Atenea; son de piedra, con columnas dóricas. Sus restos, pasado el tiempo, sirvieron para construir nuevos templos.
A comienzos del siglo VI a. C. tuvieron lugar dos acontecimientos que influyeron bastante en la evolución del santuario de Delfos. Uno fue la instalación en Delfos de la anfictionía y el otro, la reorganización de los Juegos Píticos.
La anfictionía era una liga religiosa que agrupaba 12 pueblos (no ciudades), casi todos de la Grecia central. Tenía sus reuniones en el santuario de Deméter en Antela, cerca de las Termópilas. Como el oráculo de Delfos tenía ya un renombre mayor que el de Deméter, trasladaron allí la sede de esta confederación, sin por ello abandonar el otro santuario. Esta decisión dio lugar a las llamadas guerras sagradas que fueron tres.
Los Juegos Píticos tenían lugar al principio cada 8 años. Después lo acortaron a 4 y se alternaban con los Juegos Olímpicos. Consistían en pruebas atléticas, hípicas y concursos líricos. En Delfos se construyó en esta época un teatro y un hipódromo para la celebración de estos juegos, que se consideraban muy importantes.
Hubo un gran enriquecimiento tras la primera guerra sagrada, en la que algunas ciudades griegas compitieron por obtener el control y la autoridad del santuario, con lo cual conseguían un reconocimiento de supremacía y prestigio sobre las otras ciudades y sobre algunos reinos extranjeros. Las aportaciones fueron tanto por parte de los griegos como de los pueblos bárbaros. Hay que destacar el regalo que hizo Creso (560-546 a. C.), último rey de Lidia, en esta ocasión: un león de oro sobre una base de lingotes de oro más un cuenco de oro que pesaba un cuarto de tonelada.
En la primera mitad del siglo VI a. C. se hicieron unas 12 fundaciones de tesoros en torno al templo de Apolo. Este viejo templo ardió en el año 548 a. C. y tras el incendio su reconstrucción fue lenta. Hasta el año 505 a. C. no se terminó el nuevo templo, más grande que el anterior y cuya construcción se llevó a cabo gracias a una familia llamada Alcmeónidas, de Atenas. Según cuenta Heródoto, esta familia gestionó la aportación de dinero en todo el mundo griego.

Las aportaciones de exvotos y ofrendas, más las construcciones de tesoros durante esta época, fueron cuantiosas:
  • Tesoro de Sifnos, en el 525 a. C., con cariátides tan colosales como las de Gnido. Decoración y obras maestras de la edad arcaica con relieves que representan la Gigantomaquia. Sifnos es una de las islas griegas que se encuentran alrededor de la isla de Delos, que fue en la Antigüedad una isla sagrada. Se dice que esta isla tenía minas de oro y que quedaron bajo el mar después de un cataclismo.
  • Tesoro de Atenas o de los atenienses, ofrecido a raíz de la batalla de Maratón; llegó a ser el más importante. Atenas ofreció después un pórtico para conmemorar el triunfo sobre los persas en el cabo de Micala y en el año 468 a. C. ofreció una palmera con dátiles de oro tras la victoria que obtuvo el jefe militar Cimón, hijo de Milcíades contra los persas en la desembocadura del río Eurimedonte. En este tesoro puede verse la epigrafía sobre el texto que se refiere a la Pitaida, que era una procesión que los atenienses enviaban a Delfos para conmemorar un hecho ocurrido en un lugar del monte Parnaso. Cuentan que en dicho lugar cayó un rayo como señal divina. Toda la historia está escrita en la piedra como un himno a Apolo, con anotaciones musicales entre las líneas.
  • En el 480 a. C., el tirano de Gela y Siracusa llamado Gelón derrotó a los cartagineses en la ciudad de Himera en Sicilia. En agradecimiento donó al oráculo un trípode con una Niké (una victoria) de oro.
  • Polizalo (o Policelo), un príncipe siciliano, venció un año en los Juegos Píticos y tras esta victoria ofreció al santuario de Delfos la escultura en bronce de una cuadriga que debió ser imponente, de la cual se conserva el famoso auriga que fue encontrado en 1896.

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