sábado, 18 de mayo de 2019

DESPUÉS DEL SILENCIO, EL DIALOGO INTERNO






El diálogo interno de muchas personas es sumamente agresivo, lleno de ira, culpa, miedo, tristeza. resentimiento o desprecio por si mismo y por los demás, no es de extrañar que la salud de estas personas sea frágil o que incluso lleguen a desarrollar enfermedades tempranas y agresivas.
Si nuestros pensamientos son caóticos, el cuerpo reaccionará de igual manera; si los pensamientos son de alegría, y armonía, el cuerpo responderá en consecuencia: y el sistema inmunológico mejor preparado contra la enfermedad. Durante siglos se ha creído que la mente está localizada en el Cerebro, sin embargo lo que la Ciencia Moderna está demostrando, es que la mente está presente en todas las células del cuerpo. El cuerpo físico, está atravesado por todas nuestras creencias y realidades interiores, por todo lo que comemos, leemos, pensamos, sentimos, imaginamos,etc.
Esto quiere decir que nuestros pensamientos no sólo están en nuestro cerebro, sino que constantemente están afectando cada célula de nuestro cuerpo.
Cuando meditamos la química del cerebro cambia. Si ahora tenemos presente que la humanidad está en profundos cambios, será mas fácil asumir todas las sensaciones y dolores que ello implica.
Literalmente estamos naciendo, nuestros cuerpos se están transformando en luz, que es nuestra mente a la que debemos despejar de viejas creencias. La vida; a pesar de todas las resistencias que queremos tener, nos conduce al lugar que nos corresponde, depende de nosotros la forma en que lleguemos.
Cuando observamos un río, parece que fuera siempre el mismo; pero en realidad, es siempre distinto, lo mismo ocurre con nuestro cuerpo, creemos que habitamos el mismo cuerpo siempre, pero la realidad es que nuestras células son como un río que fluye, que esta en constante renovación. El cuerpo en que vivimos hoy no es el mismo, no es el mismo al de hace una semana, de hace un mes o de hace un año, porque las células viejas mueren y son reemplazadas por nuevas.
El 98% de los átomos de nuestro cuerpo; se renuevan.
Tenemos nueva piel cada mes, tenemos nuevos átomos de nuestra estructura ósea cada tres meses, y los átomos de nuestro ADN (carbono, hidrógeno...), cambian cada seis semanas. Así pues; en solo un año, hemos cambiado prácticamente, todo nuestro cuerpo.






























































































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