viernes, 17 de abril de 2020

LIBERTAD




La libertad es la condición humana, libertad de acción, de pensamiento, de elección, sin imposiciones ni impedimentos.
Ser libre implica hacer lo que uno quiere y el único límite es la libertad del otro.
Según Hobbes, podemos ser libres según el espacio que nos den, o sea cuando nada ni nadie nos impide la acción.
Sin embargo, la libertad nunca es absoluta porque siempre existe algún obstáculo.

En ninguna parte del mundo los ciudadanos tienen libertad para no respetar la ley porque en ese caso deberían hacerse cargo de las consecuencias, ser encarcelados, pagar multas, etc.
Desde el punto de vista político, el Estado, en una sociedad democrática, es el primer poder que limita la libertad y a la vez la garantiza; porque si no hay estado de derecho no hay libertad. Sin leyes sólo habría más violencia y más miedo.
La libertad en sentido metafísico, que es el punto de vista más problemático, es la libertad de la voluntad, libertad de querer absoluta, de elegir las propias opiniones.
¿Pero acaso somos libres de elegir nuestras propias opiniones?, porque los hombres creen ser libres y tener opiniones propias, dice Spìnoza, pero no piensan por qué piensan como piensan y por qué desean o quieren lo que quieren, porque la voluntad no puede ser fruto del azar sino de una causa.
¿Cuándo elegimos ser nosotros mismos en lugar de otros?, porque todos estamos condicionados por lo que somos, por lo cual no se puede ser absolutamente libre. El yo es lo que no me permite ser libre.
Ser libre es querer lo que se quiere y la libertad de la voluntad es posible cuando es espontánea y voluntaria.
Mi libertad no es absoluta porque mi yo está determinado por lo que soy. Ser libre es depender de lo se es.
Bergson afirma que somos libres cuando nuestros actos surgen de nuestra personalidad, son fieles a ella, la expresan y la definen.
La voluntad está determinada por el cerebro dicen los neurólogos, pero eso no importa, porque ser libre es depender de lo que se es. Por lo tanto, concluye Bergson, libre, es todo acto que surja del yo y que lleva la marca de la persona; eso sería la espontaneidad de la voluntad. Yo quiero lo que quiero y soy libre de quererlo.
La libertad es relativa si depende de mi yo, o absoluta si el yo depende de ella.
El libre albedrío, según Marcel Conche, es la capacidad de determinarse a sí mismo sin ningún otro determinismo. Esa libertad es la misma que entienden Descartes, Kant y Sartre. Mi existencia la creo o la elijo libremente y no está determinada por mi esencia, o sea por lo que soy.
Descartes comprendió que el concepto de libertad exige una autonomía absoluta, por lo tanto, libertad y creación es la misma cosa.
Para Sartre, la existencia precede a la esencia, antes de existir el hombre no es nada, sólo es lo que hace de sí mismo y es libre cuando se puede elegir. Cada persona es una elección absoluta de sí misma.
Platón, lo ilustra en el mito de Er, las almas eligen sus cuerpos y su vida entre dos encarnaciones. Kant lo denomina carácter inteligible y Sartre la llama libertad original, que está antes de toda elección y de la que depende toda elección.
Pero más importante que la libertad es la liberación, que implica una tarea y un objetivo, ser cada vez más libres. La liberación es la sabiduría.     





















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