sábado, 16 de noviembre de 2019

PERSONALIDAD, BORDERLINE

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El trastorno límite de la personalidad, borderline (abreviado como TLP), también llamado limítrofe o fronterizo, es definido por el DSM-IV (DSM-IV 301.831​) como «un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico, impulsividad y relaciones interpersonales caóticas». El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad acusada y generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación.2​ Se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados «dramático-emocionales». Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.3





El término borderline para referirse al trastorno está ampliamente extendido, incluso en idiomas distintos al inglés. Fue usado por primera vez en 1884, por el psiquiatra C. Hughes, y posteriormente por el psicoanalista Adolph Stern en 1938 para caracterizar afecciones psiquiátricas que superaban la neurosis pero que no alcanzaban la psicosis (muchos autores califican los síntomas del TLP como pseudopsicóticos). Bajo esta concepción se establecía un continuo gradual entre uno y otro extremo, situándose el trastorno en el «límite».
El concepto formal de trastorno límite de la personalidad es relativamente nuevo en el campo de la psicopatología. No apareció en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría hasta 1980 (DSM-III). Es a partir de ahí, una vez logrado el estatus oficial de «trastorno de la personalidad», cuando se dispara el interés por esta patología. Esto se logró tras grandes controversias y disputas iniciadas en los años 1970. La nomenclatura oficial y criterios diagnósticos se acordaron mediante compromisos entre los diferentes modelos y atendiendo a datos empírico-descriptivos. Con esta definición se dejó atrás definitivamente la idea anterior de la afección como un fenómeno que fluctuaba entre la neurosis y la psicosis para constituir un cuadro con entidad propia y no un límite de un continuo entre otros do

¿Cuándo comienza el trastorno límite de la personalidad? El trastorno límite de la personalidad generalmente comienza durante la adolescencia o la adultez temprana.1, 9 Algunos estudios señalan que los primeros síntomas de la enfermedad pueden ocurrir durante la niñez.10, 11 Los estudios señalan que los primeros síntomas pueden ocurrir durante la niñez Algunas personas con el trastorno límite de la personalidad padecen síntomas severos y requieren cuidado intensivo, muchas veces con hospitalización. Otros puede que reciban tratamientos ambulatorios sin nunca necesitar hospitalización ni cuidados de emergencia. Algunas personas que padecen de este trastorno pueden mejorar sin ningún tratamiento.12 ¿Qué enfermedades coexisten generalmente con el trastorno límite de la personalidad? El trastorno límite de la personalidad ocurre generalmente con otras enfermedades. Estos trastornos concurrentes pueden dificultar el diagnóstico y tratamiento del trastorno límite de la personalidad, especialmente si los síntomas de las otras enfermedades coinciden con los síntomas del trastorno límite de la personalidad. Las mujeres con el trastorno límite de la personalidad son mas propensas a tener trastornos concurrentes como, depresión mayor, trastornos de ansiedad o de la alimentación. En el caso de los hombres, el trastorno límite de la personalidad es más probable de coincidir con trastornos como abuso de sustancias y el trastorno de personalidad antisocial.13 Según la National Comorbidity Survey Replication financiada por el NIMH, hasta el momento en el mayor estudio a nivel nacional sobre trastornos mentales en adultos estadounidenses, aproximadamente el 85 por ciento de las personas con trastorno límite de la personalidad también cumple con los criterios de diagnóstico para otras enfermedades mentales.2 Trastorno Límite de la Personalidad • 5 Otras enfermedades que ocurren junto con el TLP incluyen diabetes, presión arterial alta, dolor crónico de la espalda, artritis y fibromialgia.14, 15 Estas afecciones están asociadas con la obesidad, que es un efecto secundario común de lo medicamentos recetados para tratar el trastorno límite de la personalidad así como otros trastornos mentales. Para más información, consulte la sección “¿Cómo se trata el trastorno límite de la personalidad?” ¿Cuáles son los factores de riesgo del trastorno límite de la personalidad? La investigación sobre las causas posibles y los factores de riesgo sobre el trastorno límite de la personalidad todavía se encuentra en una etapa muy temprana. Sin embargo, los científicos en general concuerdan en que es probable que estén involucrados factores genéticos y medioambientales. Los estudios en gemelos con el trastorno límite de la personalidad señalan que la enfermedad tiene un alto componente hereditario.16, 17 Otro estudio muestra que la persona puede heredar su temperamento y rasgos específicos de la personalidad, en especial la impulsividad y la agresión.18 Los científicos están estudiando genes que ayudan a regular las emociones y el control de los impulsos respecto a su posible relación con el trastorno.19 Es posible que los factores sociales o culturales aumenten el riesgo de padecer el trastorno límite de la personalidad. Por ejemplo, ser parte de una comunidad o cultura en las que las relaciones familiares inestables son comunes puede aumentar el riesgo de que una persona padezca el trastorno.1 La impulsividad, el mal criterio a la hora de tomar decisiones de estilo de vida y otras consecuencias del TLP pueden llevar a los individuos a situaciones de riesgo. Los adultos con el trastorno límite de la personalidad son mucho más propensos a ser las víctimas de violencia, incluyendo violación y otros delitos. 6 • Trastorno Límite de la Personalidad ¿Cómo se diagnostica el trastorno límite de la personalidad? Lamentablemente, el trastorno límite de la personalidad muchas veces se diagnostica de forma incorrecta o a menos personas que las que lo padecen.20, 21 Un profesional de la salud mental con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales, como un psiquiatra, psicólogo, trabajador social clínico o enfermera especialista en psiquiatría, puede detectar el trastorno límite de la personalidad basándose una entrevista exhaustiva y una charla sobre los síntomas. Un examen médico completo y exhaustivo puede ayudar a descartar otras posibles causas de los síntomas. Es posible que el profesional en la salud mental realice preguntas sobre los síntomas y los historiales médicos tanto del paciente como de la familia, incluyendo cualquier historial de enfermedades mentales. Esta información puede ayudar al profesional de salud mental a decidir cuál es el mejor tratamiento. Como, en algunos casos, las enfermedades mentales concurrentes pueden tener síntomas que coinciden con el trastorno límite de la personalidad, lo que hace difícil distinguir el trastorno límite de la personalidad de otras enfermedades mentales. Por ejemplo, una persona puede describir sentimientos de depresión pero podría no mencionar otros síntomas al profesional de la salud mental. Ningún examen por sí solo puede diagnosticar el trastorno límite de la personalidad. Científicos financiados por el NIMH están buscando formas de mejorar el diagnóstico de este trastorno. Un estudio determinó que los adultos con el trastorno límite de la personalidad demostraron reacciones emocionales excesivas al leer palabras con significado desagradable en comparación con personas sanas. Las personas con un trastorno límite de la personalidad más severo demostraron una respuesta emocional más intensa que aquellos que sufren de un trastorno límite de la personalidad menos severo.6 Trastorno Límite de la Personalidad • 7 ¿Qué estudios se están realizando para mejorar el diagnóstico del trastorno límite de la personalidad? Estudios recientes de neuroimagen muestran diferencias en la estructura y la función cerebrales entre las personas con el trastorno límite de la personalidad y aquellas que no padecen esta enfermedad.22, 23 Algunas investigaciones sugieren que las áreas del cerebro involucradas en las respuestas emocionales se vuelven hiperactivas en personas con el trastorno límite de la personalidad cuando realizan tareas que perciben como negativas.24 Personas con el trastorno también muestran menos actividad en áreas del cerebro que ayudan a controlar las emociones, los impulsos agresivos y permiten a la persona entender el contexto de una situación. Estos hallazgos podrían ayudar a explicar la característica de los estados de ánimo inestables y muchas veces explosivos propios del trastorno límite de la personalidad.19, 25 Otro estudio demostró que, al mirar imágenes emocionalmente negativas, las personas con el trastorno límite de la personalidad utilizaron áreas del cerebro diferentes a las personas sin el trastorno. Aquellos con la enfermedad tendieron a utilizar las áreas del cerebro relacionadas con las acciones reflexivas y de alerta, lo que podría explicar la tendencia a actuar de forma impulsiva cuando se sienten emocionales.26 Estos hallazgos podrían informar esfuerzos para desarrollar exámenes específicos para diagnosticar el trastorno límite de la personalidad.6 ¿Cómo se trata el trastorno límite de la personalidad? El trastorno límite de la personalidad puede tratarse con psicoterapia o terapia de diálogo. En algunos casos, un profesional de la salud mental podría también recomendar medicamentos para tratar síntomas específicos. Cuando una persona recibe cuidados de más de un profesional, es fundamental que los profesionales coordinen entre sí el plan de tratamiento. Los tratamientos descritos a continuación son solo algunas de las opciones que pueden estar disponibles para una persona con el trastorno límite de la personalidad. Sin embargo, la investigación sobre los tratamientos todavía se encuentra en una etapa temprana. Se necesitan más estudios para determinar la efectividad de estos tratamientos, a quién beneficiarían más y cuál es la mejor forma de administrarlos




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