domingo, 10 de noviembre de 2019

ORATORIA

Oratoria

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Se llama oratoria al arte de hablar con elocuencia.1​ En segundo lugar, es también un género literario formado por el discurso, la arenga, la disertación, el sermón, el panegírico, entre otras.
Este segundo sentido más amplio se aplica a todos los procesos literarios que están planteados o expresados con la misma finalidad y con propósito persuasivo. Esta finalidad de persuadir al destinatario es la que diferencia la oratoria de otros procesos comunicativos orales. Del mismo modo que la finalidad de la didáctica es enseñar y la de la poética deleitar, lo que pretende la oratoria es convencer de algo. La persuasión consiste en que con las razones que uno expresa oralmente se induce, mueve u obliga a otro a creer o hacer una cosa. Ahora bien, no es su única finalidad. El propósito de la oratoria pública puede ir desde transmitir información a motivar a la gente para que actúe, o simplemente relatar una historia. Los buenos oradores deberían ser capaces de cambiar las emociones de sus oyentes y no sólo informarlos. La oratoria puede ser una poderosa herramienta que se usa para propósitos tales como la motivación, influencia, persuasión, información, traducción o simple entretenimiento.

CARACTERISTICAS

  • Frecuentes vocativos (llamadas de atención a quienes están escuchando el discurso: los jueces, el pueblo al que se llama «Quiritas» o ciudadanos, o bien a la misma persona a quien se acusa).
  • Abundante utilización de preguntas retóricas.
  • Abundante uso de la segunda persona del singular.
  • Frecuentes cambios de tono, inflexiones en la voz del que está hablando, que en el texto se representan con las exclamaciones, las preguntas, los vocativos.
  • Subordinación abundante.

Consejos

  • Tener confianza en nosotros mismos. Por mucho que nos cueste, debemos tener en cuenta que, con una adecuada preparación, cualquier persona es capaz de vencer el miedo a quedarse bloqueada delante de un grupo de personas que le están mirando mientras habla. Aunque no dominemos completamente el tema, hemos de dar la sensación de seguridad ante situaciones imprevistas o posibles preguntas incómodas.
  • Saber exactamente lo que vamos a decir. Aunque siempre podremos improvisar en algún detalle o ejemplo, lo ideal es llevar bien preparado el discurso. Y seguir el mismo orden que hayamos establecido previamente. No es mala idea ensayar nuestra intervención delante de algún amigo o familiar que nos haga comentarios críticos para mejorar.
  • Mostrarnos relajados. Es normal sentir cierto nerviosismo antes de comenzar a hablar, pero hemos de controlar nuestros nervios para que no se evidencien en forma de temblor de manos o de voz. Para ello debemos respirar de manera profunda y pausada.
  • Mirar a las caras de los asistentes. No debemos bajar la mirada y refugiarnos en los papeles, ni mirar al infinito sin fijar la vista en nada ni en nadie. Si queremos ganarnos al auditorio, tenemos que mirarles directamente, paseando la vista por cada uno de los miembros del público.
  • Vestir adecuadamente, sin llamar la atención. El público se hará una idea inmediata de nuestra capacidad para exponer desde el momento en que nos coloquemos delante, por lo que es mejor dar una buena impresión desde el primer minuto. Si nuestro atuendo resulta llamativo, distraeremos al auditorio del mensaje que queremos transmitir2
Errores que debemos evitar:
-Empezar nuestra intervención cuando todavía hay personas del público hablando o tomando asiento.
-Comenzar a hablar sin saludar y sin presentarnos.
-No apagar previamente nuestro teléfono móvil ni recordar al auditorio que haga lo mismo.
-Adoptar una postura corporal no adecuada. Por ejemplo, si estamos de pie, debemos permanecer erguidos y no movernos demasiado; si estamos sentados, no conviene echarnos hacia atrás de manera informal.
-Confesar al auditorio que no estamos cómodos o que nos pueden los nervios.
-Dirigirnos al auditorio de manera demasiado coloquial o con excesiva formalidad.
-No mirar a los presentes a la cara o darles la espalda. -Hablar en un tono demasiado bajo, muy rápido o muy despacio, o no pronunciar correctamente.
-Quedarnos inmóviles, gesticular en exceso o limitar mucho nuestros movimientos (tipo robot).
-Repetir gestos o tics a causa del nerviosismo (meter y sacar las manos en los bolsillos, caminar hacia delante y hacia atrás, rascarnos, guiñar, etc.).
-No concluir una frase o idea que hemos comenzado. -Hacer pausas silenciosas demasiado largas.
-Dirigir la mirada al reloj cada pocos minutos.
-No sonreír en ningún momento, dando un aspecto de carácter poco amigable o pesimista.
-Desviarnos de la cuestión perdiendo el tiempo en digresiones poco útiles e interesantes.
-Usar excesivas muletillas o repetir expresiones sin justificación.
-Leer alguna cita de manera muy mecánica o sin levantar la vista del papel.
-Utilizar una presentación de diapositivas como texto básico de nuestra intervención en lugar de como apoyo para completar el discurso oral.
-No beber agua cuando llevemos un rato hablando y tengamos la boca reseca.3

Tipos

Según la cantidad de oradores, se clasifica en:

Oratoria individual

Porque hace uso de la palabra, sin la participación de otra u otras personas, se dice que está utilizando la oratoria individual. Esta es quizás una de las formas elocutivas de más arraigo en el ámbito social pues es de uso obligatorio en todas las medidas y esferas donde el hombre desenvuelve su vida física, afectiva y laboral.

Oratoria grupal

Se caracteriza por la presencia de dos a tres o más personas en el estrado hablando.

Tipos de conferencias

Una simple conferencia

Se puede denominar simplemente conferencia cuando los organizadores nos solicitan que hablemos de un tema determinado, haciendo una amplia exposición de éste y una vez expuesto se dé por finalizado el acto. En este caso no habrá posibilidad que el público formule algún tipo de preguntas. Por lo general se trata de intervenciones a tiempo fijado, por lo que se debe acordar con los organizadores cuánto tiempo se dispone para hablar.

Conferencia con ruegos y preguntas

Por lo general los organizadores ya advierten que se debe ser más breve para dejar paso a la intervención del público que preguntará sobre el tema. Es importante en este tipo de conferencias la presencia de un moderador, alguien que ayude y ponga punto final a las preguntas o evite que las preguntas se conviertan en un diálogo entre el espectador y el conferenciante.

Conferencia-entrevista

Se trata de una modalidad que últimamente se realiza mucho en algunos ámbitos, al margen de la radio y la televisión. En este caso el conferenciante expone el tema de una forma breve y seguidamente deja paso al presentador para que este formule preguntas a las que el conferenciante va respondiendo ampliamente y sin límite de tiempo.







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