EL ULTIMO EMPERADOR INCA
Atahualpa (quechua: Ataw-wallpa, «el ave de la fortuna» 12) (~1500-1533) fue el último soberano inca.
Su padre, Huayna Cápac, murió en torno a 1525 sin dejar nombrado a un sucesor. Esto dio lugar a la sangrienta guerra civil incaica por la sucesión entre Atahualpa y su hermano Huáscar. Atahualpa se hallaba entonces en Quito, al mando del ejército incaico del Norte y a cargo del gobierno de esa región, que estaba subyugada al imperio incaico. Huáscar se coronó inca en el Cuzco.3 Tras una larga campaña, Atahualpa logró vencer a Huáscar en 1532 cerca del Cuzco.4
Atahualpa se hallaba en Cajamarca, de camino al Cuzco para coronarse inca, cuando recibió la visita de una expedición española al mando de Francisco Pizarro.5 Pizarro le capturó por medio de un ardid.6 Atahualpa ofreció pagar un enorme rescate a cambio de su libertad y Pizarro aceptó su oferta. Pero los españoles temieron un ataque indígena y decidieron deshacerse de Atahualpa. Tras recibir el rescate lo acusaron de traición, de conspiración contra la corona española, y de asesinar a Huáscar.7 Lo sometieron a juicio, lo sentenciaron a muerte y lo ejecutaron por estrangulamiento.8
Pese a que Atahualpa tuvo sucesores nombrados por los españoles se le considera el último gobernante del Imperio inca.
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