domingo, 22 de marzo de 2020

UN MUNDO HECHO DE ENIGMAS - PARTE-2





Es infructuoso el empeño de pensar en la univocidad total de la ciencia, encapsulada dentro de si misma, pues para ello tendría que suprimir su medio de objetivación, el discurso mismo.
   
Este problema crucial fue planteado en los siguientes términos "LA TEORÍA, es pues, el nombre de lo que no puede ni eximirse de la objetivación en el médium no tolerar sufrir en el la menor deformación
... pertenece a la esencia de la ciencia exigir la univocidad sin sombra, la transferencia absoluta del discurso.
La ciencia tendría necesidad de que aquello de lo que tiene necesidad no sirve para nada, solo para guardar y mirar el sentido que ella le confía. En ninguna parte puede ser el discurso mas productivo y mas improductivo que como elemento de la teoría.
No existe una suerte de algoritmo universal que establezca una linea de demarcación entre la ciencia y los demás saberes filosóficos, literarios o estéticos estos intentos soberbios de construir tal frontera se difuminan cada vez que es refutada una teoría y esta pasa a ocupar un pie de pagina como una visión equivocada o un desvió de la hermosa y triunfal avenida de la racionalidad,y es que en el fondo ciencia, filosofía y literatura, lo que tienen en común es la lengua y específicamente la escritura. Es desde esta perspectiva que puede tener lugar el siguiente dialogo:
Y entonces diosa ciencia para si el monopolio del sentido, interpela a los demás saberes desde su pedestal:
   


- ¡ Oh filosofía! ¿Que pretensión de verdad puedes tener? si lo que tienes es un modo bastardeado de comprender la realidad, con tu desfile de conceptos generales, vacíos donde lo real se evapora. ¡Oh tu literatura!, que eres tan débil frente a lo real, pues tu discurso esta habitado por metáforas y vuelves espuma lo real con tus simulacros, tus fintas de seducción pero eres incapaz de acceder a la médula de lo objetivo. ¿Y tu? ¡arte!, que diluyes lo real al transgredirlo mediante ficciones, haciendo uso abusivo de la imaginación, confundiendo las magnitudes de la realidad con los extravíos de la mente. Penetrando los saberes y al discurso con tentaciones irracionales. Pero entonces la filosofía responde:

 - Como se levantaría la escalera del saber si no existieran conceptos generales, así empezó todo el camino del conocimiento, con grandes interrogantes, gigantescas reflexiones sobre lo general de donde emergieron los conceptos fundadores. Ademas ¿ De que serviría lo singular sino podría confrontarse dialécticamente con lo general?, te olvidas que yo fatigaba los horizontes cognitivos, cuando tu ni siquiera habías comenzado a andar,que me ocupaba del amplio dominio del saber, al que solo mucho tiempo después tu te encargaste de ponerle vallas, divisiones y empalizadas.

Por eso te vistes en la necesidad de crear los criterios de certeza, verificación y prueba, preludio para eliminar la subjetividad, pero estas reglas que pretenden legitimar el saber científico, no se legitiman ellas mismas, sino a partir de un discurso sobre ellas. Luego tanto empeño para homologarme con un discurso, para culminar,tu ciencia, con unas reglas que no pueden escapar al cerco de ser el epifenómeno de unas huellas discursivas.

...Y el ARTE responde:


 - Denigras la imaginación, ¿acaso tus saberes son solo resultado de reglas, estándares, pruebas y refutaciones? olvidas que monumentales teorías científicas ha sido producto del poder de la imaginación de grandes hombres, de intuiciones geniales, del atrevimiento del ir y pensar contra las reglas, tanto empeño en tasarlo todo, cuantificarlo todo para ser fiel al espíritu positivo, pero ¿que son los números sino seres imaginarios?.


 - La LITERATURA habla:


   

Criticas mi discurso por ser morada de metáforas y trastocar lo real con exquisitos juegos de seducción, pero que seria de una teoría científica si no es en un principio atractiva y seductora, estaría condenada al fracaso, ademas que tiene de malo una metáfora. Hay nudos de la realidad tan contradictorios, paradójicos y complejos que seguramente pueden escribirse mejor con la ayuda iluminante de metáforas.
La metáfora sirve para ilustrar, para abrir el pensamiento y sacarlo de la rutina, es una tormenta estética en el discurso. Allí se cierra el dialogo, después de una pataleta de la ciencia, diciendo que ella generaba paquetes tecnológicos que no se producían con filosofías y literatura. Pero la lectura que queremos hacer desprender de este dialogo es que, en verdad no hay modo de saber, si el discurso político posee algo así, como un estatuto de superioridad sobre un discurso estético, literario o filosófico. para ello tendríamos que tener un dispositivo de medición universal independiente, es decir no humano, pero ademas queremos significar el fin de una mala metáfora, que ha muerto definitivamente, la metáfora del espejo, en efecto el pensamiento moderno quedo montado sobre la tradición Cartesiana, quedo atrapada en la metáfora de la representación que tiene su lugar de anclaje en la idea de la mente como espejo que puede captar representaciones diversas... a partir de allí se gesta la tesis del conocimiento como copia o representación que ha cabalgado con patente de corzo tanto en la filosofía como en las ciencias.
Los nuevos desarrollos de la ciencia, nos hace afirmar que el esquema paradigmático preposicional no se sostiene, se encuentra agotado, sobre todo ante la debacle de la noción de fundamentos, reportada por una lista de pensadores, en este sentido, la ansiedad de verdad, objetividad, fundamento y conmensuración se desvanece en el aire ante la irrupción de la incertidumbre y ante el auge del nuevo clima cognitivo que demanda nuevos marcos de referencia, nuevas premisas para encarar la filosofía y la practica científica lejos de protocolos y regímenes caducos.
Cuando el caos hace estallar la representación en mil pedazos, cuando el espejo se rompe en mil fragmentos haciendo a la representación imposible en su sentido clásico quedamos aferrados a la sola palabra, conscientes de nuestra finitud, débiles sujetos del conocimiento. reconociendo lo modesto de nuestros equipajes, pero aceptando el desafió del movimiento incesante del mundo tomados de la mano del pensamiento, pensamiento que se niega al congelamiento, porque su signo es seguir pensando.
Todos los signos epocales y la irrupción de la complejidad indican que hemos llegado al fin del modelo general  clásico de la representación y el comienzo de las narrativas e historias de los accidentes, de los pliegues, de las fisuras, de los eventos y de las bifurcaciones. de los tiempos plurales en el despliegue de un sujeto que transita el quebradizo y nada seguro 



territorio del mundo sin los ya desgastados y maltrechos mapas de la universalidad en estos relatos reaparecen conceptos que se daban por errados, estructura tiempo, como así el fin de la actitud clásica no hay limites definidos entre los elementos, todo es cuestión de grado o de aproximación en tanto la impredictibilidad se impone, los puntos de control y de información de un sistema están difusos. Ellos marcan la interacción entre los procedimientos de la ciencia y la mirada del discurso.
Asistimos al fin del espejo y la necesidad del caleidoscopio q1ue implica diversidad de planos.

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