viernes, 20 de marzo de 2020

APOCALIPSIS MODERNA





Este apocalipsis
 moderno que nos advierte de la ira de los dioses. Dichas concepciones catastróficas no son nada novedosas, aparecen y reaparecen
 a lo largo del tiempo. Sin embargo muestran sobre todo como la sociedad occidental ha construido su ethos sobre las nociones del
 apocalipsis, del fin del mundo y del fin de la historia. A los signos de la naturaleza habría que añadir señales actuales de la naturaleza
 humana. Una potencial guerra nuclear, ante el atrevimiento norcoreano, medio oriente sigue radicalizándose en el conflicto 
Sirio y el Estado Islámico prosigue con su guerra psicológica de atentados en Europa y Norte de África. Vladimir
 Putin advierte de una catástrofe global, que contrasta con ls voz envalentonada de Donal Trump en la ONU, quien amenaza
 a Norcorea, Iran y Venezuela.
En el campo cultural hay una fascinación extravagante por el fin civiliza-torio, abundan los malos augurios, las profecías
 catastróficas
 y predicciones apocalípticas, ya tanto el el arte como la literatura se impregnaron de lo macabro, asi como la multiplicación
 de las imágenes trágicas de la confrontación con la agonía y danzas de la muerte.
. Duby describe la anarquía apocalíptica en que caen las sociedades del siglo XX. Las costumbres y los hábitos 
morales
 se relajan, incluso no abandona el interés por aprender ante la inminencia del fin de los tiempos. El contexto del momento presentaba 
señales evidentes de la catástrofe inminente ,las pestes y epidemias azotaron las mas remotas regiones de Europa, la influencia
 Islámica se acrecentaba con fuerza beligerante y militar e invadía con furia a Europa, sobre todo en el Mediterráneo. Los terrores
 y arquetipos del fin del milenio eran congruentes con un mundo dividido y azotado por el caos-

 La idea del fin del mundo sugiere la idea de catastrofe y esta siempre un cambio por mutacion, el dolor y el horror que conduzca
 a dicho cambio resultaran siempre atrayentes y generatan sacudidas y movimientos en nuestras desencantadas colectividades
, nos deleitamos en el vértigo milenarista y lo procuramos porque la voluntad de muerte produce una fuerza activan-te que nos 
hace sentir vivos.

La ira de Dios se mueve entre la comercialización del milenarismo, la insatisfacción de lo real y el deseo de cambios profundos.
 yo me quedo con la solidaridad de los Mexicanos patente en este nuevo siniestro y que toda esta energía ciudadana contagie las
 espesuras casi inamovibles de lo político y de lo social







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