LA INFLUENCIA DE LAS REDES SOCIALES EN LA POLÍTICA
Actualmente, los principales actores políticos en el mundo tienen perfiles en Facebook, Twitter y YouTube. ¿Realmente sabemos cómo influyen en la arena política las redes sociales?
¿Qué son las elecciones? Podríamos decir que son una combinación de reglas y caos, eventos predecibles y sorpresas, resultados e impugnaciones. Estas y otras razones hacen que la mezcla de sucesos que ocurren durante cada elección resulte difícil de seguir para mucha gente: los ciudadanos interesados en la política, los lectores de artículos y reportajes periodísticos y, claro, también para los usuarios de internet y de las redes sociales.
La constante profesionalización de la política y el desarrollo de un proceso electoral cada vez más competitivo han convertido a las elecciones en la búsqueda de la respuesta a la pregunta: ¿Cómo pueden los candidatos incrementar su popularidad y aumentar el número de votantes?
Cuando en 2004, Mark Zuckerberg desarrolló Facebook, nadie realmente pudo prever que «el libro de las caras» (por su significado en inglés) se convertiría en una de las herramientas más importantes, entre otras cuestiones, en política y en las campañas electorales.
Cuatro años después de su lanzamiento, se pudo ver el primer gran paso de internet como herramienta de una campaña política. Las raíces del uso de las redes sociales como forma de propaganda política se remontan a las elecciones presidenciales de Barack Obama en 2008[1], quien fue uno de los primeros políticos en descubrir la utilidad de las redes sociales como herramienta para conectar de forma más estrecha con sus votantes.
A partir de este momento, los políticos de todo el mundo comenzaron a compartir no solo propuestas políticas, sino también elementos privados como fotos familiares, aficiones u opiniones personales, intentando generar una impresión más cálida e íntima con los votantes.
De esta forma, el internet se visualiza en la actualidad como una forma de incrementar la popularidad de opciones o actores políticos sin necesidad de invertir en los medios de difusión tradicionales como la televisión o la radio. Esto ha sido, simplemente, una revolución absoluta para las campañas políticas.
En México, alrededor de 63 millones de personas no solamente son usuarios de Internet, sino también tienen perfiles en alguna red social. Esto es más de la mitad del país, si tomamos en cuenta que la población es de poco más de 120 millones[2]. Además, nuestro país ocupa la cuarta posición en el mundo con respecto al tiempo promedio que se pasa utilizando las redes sociales. Por lo tanto, resulta difícil imaginar un campo más fértil para que partidos, candidatas y candidatos empleen las redes sociales en la búsqueda de objetivos políticos.
El reciente proceso electoral en México ha sido la elección más grande en la historia del país y resulta un estupendo laboratorio para examinar el uso y el impacto de las redes sociales en las campañas.
Por ejemplo, durante la jornada electoral del 1 de julio de 2018, la candidatura de Andrés Manuel López Obrador fue el tema más discutido en el espectro de internet mexicano, que involucró más de 1,8 millones de interacciones y menciones en las redes sociales (lo que representó el 78.5% del total de las menciones e interacciones de candidatos presidenciales)[3]. La misma candidatura prevaleció durante el análisis de la intención de votar, al obtener el 60% de las preferencias digitales[4].
Por otro lado, Jaime Rodríguez “El Bronco” fue el candidato más activo en Facebook durante el proceso electoral (publicando 352 videos)[5]. Asimismo, uno de los videos en las redes sociales más vistos fue un video de Ricardo Anaya, que tuvo 9.8 millones de reproducciones y fue compartido 121 mil veces[6].
El análisis del último proceso electoral muestra también los cambios generales de las campañas electorales como si, en cierto modo, hubiera un regreso a sus raíces, me explico:
En los tiempos de antaño, los votos se conseguían estrechando las manos de los votantes y teniendo un contacto directo con la ciudadanía. La evolución de los medios de comunicación como la televisión y la prensa, de cierta forma, volvió menos frecuente el contacto con los votantes.
En la actualidad, el nuevo desarrollo tecnológico y el uso de las redes sociales permiten volver al proceso electoral más «cercano» e inmediato y establecer contactos directos entre la población y los candidatos. En cierto sentido, las redes sociales pueden restaurar, en una forma diferente, esta relación personal.
En el contexto político, especialmente en el proceso electoral, resulta importante conocer las aspiraciones y necesidades de los votantes. A menudo esto se olvida en la discusión sobre las campañas políticas, pero ¿qué quieren los votantes de los políticos y los candidatos? Desean, en muchas ocasiones, ser escuchados. Por eso, las redes sociales representan una valiosa oportunidad de comentar sobre los temas relevantes de la agenda política, escuchar las preguntas sociales y dar propuestas de solución a las necesidades de la ciudadanía.
Una perspectiva analítica de las elecciones recientes, tanto de México como otros países, permite concluir que el internet y las redes sociales han pasado a formar una parte relevante de la política y del proceso electoral, influyendo en su desarrollo y resultados.
Sin embargo, debe recordarse que las redes sociales tienen claroscuros. No son medios de comunicaciones tradicionales y carecen de intermediarios para interpretar, filtrar o verificar lo que se escribe o se dice.
Por lo tanto, siempre debemos estar atentos a lo que encontramos en Internet y especialmente en las redes sociales, lo que nos obliga a mostrar una actitud crítica y responsable hacia las fuentes, siguiendo así el antiguo adagio: confía y verifica.
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