HIPERREALIMO
El hiperrealismo actual se fundó en los principios estéticos del fotorrealismo. El pintor estadounidense Denis Peterson, cuyas obras pioneras son universalmente vistas como una rama del fotorrealismo, utilizó por primera vez el término "hiperrealismo" para aplicar al nuevo movimiento y su grupo desidente de artistas.5
Graham Thompson escribió: "Una demostración de cómo la fotografía se asimiló al mundo del arte es el éxito de la pintura fotorrealista a finales de los años 1960 y principios de los 70. También se llama super realismo o hiperrealismo y pintores como Richard Estes, Denis Peterson, Audrey Flack y Chuck Close trabajaron a menudo de fotografías para crear pinturas que parecían ser fotografías".5
Sin embargo, el hiperrealismo se contrasta con el enfoque literal encontrado en las pinturas fotorrealistas tradicionales de finales del siglo 20. Los pintores y escultores hiperrealistas utilizan imágenes fotográficas como fuente de referencia para crear una representación más definitiva y detallada, que a menudo, a diferencia del fotorrealismo, es narrativa y emotiva en sus representaciones. Los pintores fotorrealistas estrictos tendían a imitar las imágenes fotográficas, omitiendo o abstrayendo ciertos detalles finitos para mantener un diseño pictórico consistente en general. A menudo omitieron la emoción humana, el valor político y los elementos narrativos. Desde que evolucionó desde el Arte Pop, el estilo fotorrealista de la pintura fue singularmente ajustado, preciso y agudamente mecánico, con énfasis en las imágenes mundanas y cotidianas.
El hiperrealismo, aunque fotográfico en esencia, a menudo implica un enfoque más suave, mucho más complejo en el tema representado, presentándolo como un objeto vivo, tangible. Estos objetos y escenas en las pinturas y esculturas del hiperrealismo se detallan meticulosamente para crear la ilusión de una realidad no vista en la foto original. Esto no quiere decir que sean surrealistas, ya que la ilusión es una representación convincente de la realidad (simulada). Las texturas, las superficies, los efectos de iluminación y las sombras aparecen más claras y más claras que la foto de referencia o incluso el propio sujeto.
Con respecto a la escultura hiperrealista estadounidense hay que destacar a Duane Hanson, que reproduce a tamaño natural personajes sacados de las clases trabajadoras, y a Segal que emplea la misma técnica que Hanson: vaciado de yeso de los modelos, relleno de los moldes con fibra de vidrio y poliéster, ensamblaje de las partes y pintado en color carne; la pieza se termina vistiéndola con ropas usadas. John de Andrea esculpe desnudos de un hiperrealismo tan acusado que parecen personas reales, al igual que Nancy Graves hace con sus esculturas de camellos.
En el caso español, algunas de las figuras más relevantes del hiperrealismo serían los pintores Antonio López, Eduardo Naranjo o Gregorio Palomo.
En el mercado del arte actual, las figuras más consolidadas por su trayectoria son el chileno Claudio Bravo, quien mediante sus bodegones, dibujos y, especialmente, su serie de pinturas de telas, paquetes y papeles, ha logrado reinventar el hiperrealismo, dándole una condición casi metafísica; y el argentino Enrique Sobisch, radicado y fallecido en Madrid, cuyas obras, de gran perfección artística, compiten con la instantánea fotográfica
(*)Los antiguos griegos fueron los primeros en tallar sobre piedra los cuerpos y rostros de hombres y animales aplicando técnicas artísticas sumamente perfeccionistas. La lucha contra la naturaleza efímera de la belleza había terminado. Bajo el cincel de aquellos artistas, bellos cuerpos yacían ahora inmóviles durante siglos.
(*)
Durante el gobierno de Pericles, IV a.c, la escultura griega había llegado a la cima. No había en el mundo objetos de arte que se le parecieran. Los hombres de aquella época, al igual que los de hoy, quedaban hipnotizados al ver aquellas formas en el mármol o en el bronce, atribuyendole propiedades divinas.
El Arte de la antigua Atenas llegó a ser el gran arma de dominio cultural entre aquellas polis. Reflejaba las ambiciones y los ideales de excelencia del pueblo griego, además de la grandeza económica e intelectual del ateniense.
Si pensamos en la Grecia actual, sumergida en una crisis generalizada, podemos observar que la belleza que produjeron aquellos antiguos artistas es una de las pocas cosas que no naufrago y se manteniente tan fresca como siempre.
Sintetizando, el afán por igualar y superar al objeto conocido ha producido a través de aquellos antiguos artistas atenienses una experiencia estética impresionante y trascendental. Veamos algunas maravillosas obras de arte:
(*)Los antiguos griegos fueron los primeros en tallar sobre piedra los cuerpos y rostros de hombres y animales aplicando técnicas artísticas sumamente perfeccionistas. La lucha contra la naturaleza efímera de la belleza había terminado. Bajo el cincel de aquellos artistas, bellos cuerpos yacían ahora inmóviles durante siglos.
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Durante el gobierno de Pericles, IV a.c, la escultura griega había llegado a la cima. No había en el mundo objetos de arte que se le parecieran. Los hombres de aquella época, al igual que los de hoy, quedaban hipnotizados al ver aquellas formas en el mármol o en el bronce, atribuyendole propiedades divinas.
El Arte de la antigua Atenas llegó a ser el gran arma de dominio cultural entre aquellas polis. Reflejaba las ambiciones y los ideales de excelencia del pueblo griego, además de la grandeza económica e intelectual del ateniense.
Si pensamos en la Grecia actual, sumergida en una crisis generalizada, podemos observar que la belleza que produjeron aquellos antiguos artistas es una de las pocas cosas que no naufrago y se manteniente tan fresca como siempre.
Sintetizando, el afán por igualar y superar al objeto conocido ha producido a través de aquellos antiguos artistas atenienses una experiencia estética impresionante y trascendental. Veamos algunas maravillosas obras de arte:
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