miércoles, 20 de marzo de 2019

Maria Callas - Bel raggio lusinghier - Semiramide - G.Rossini







Semíramis, la legendaria reina de Babilonia, capaz de asesinar a su esposo Ninos y mantenerse en su trono durante una cuarentena de años antes de abdicar en su hijo Ninias, fue un personaje muy querido por la ópera barroca del siglo XVIII. Los libretos escritos por sus dos oficiales poetas, el veneciano Apostolo Zeno y el romano Pietro Metastasio, codificaron esta inclinación que, directa o tangencialmente, dieron trabajo a multitud de compositores, desde Leonardo Vinci (un homónimo del artista todo terreno del Renacimiento) a Salieri. Antes de abrir caminos al romanticismo (La donna del lago, Guillaume Tell), con Gioachino Rossini culmina el barroco y, por ello, no ha de extrañar que su última obra italiana, antes de iniciar su triunfal aventura parisiense, esté basada en esta potente mujer babilónica. Porque le pareció, sin duda, una silueta canora ideal para el arte maduro de su ya esposa, la soprano española Isabel Colbran, hija de un músico de la corte y alumna del castrado Girolamo Crescentini. Semíramis, Semiramide, estrenada en el teatro de La Fenice de Venecia el 3 de febrero de 1823, con libreto del diligente Gaetano Rossi, es además la última heroína que Rossini facilitaría a la Colbran.














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