martes, 12 de mayo de 2020

EL HOMBRE TIENE EL TAMAÑO DE AQUELLO QUE SE ATREVE A HACER





El hombre tiene el tamaño de aquello que se atreve a hacer (Jorge Ángel Livraga).
Nunca te compares a nadie, pues la perfección absoluta de cada ser radica únicamente en su comportamiento consigo mismo (Jorge Ángel Livraga).
Un verdadero filósofo no es aquel que se sabe de memoria las definiciones de Kant, Plotino, santo Tomás de Aquino o de cualquier otro. ¡No! El verdadero filósofo no es aristotélico ni kantiano. El verdadero filósofo es el hombre simple, el hombre que puede interpretar la naturaleza, el hombre que, aunque se quedase sin libros, podría seguir leyendo, y aunque se quedase sin naturaleza alrededor, podría seguir soñando (Jorge Ángel Livraga).
La dignidad es el más piadoso de los mantos, el más resistente y el más brillante; no lo abandonéis nunca. La dignidad es algo así como nuestra envoltura espiritual. Mantenedla a toda costa. Un hombre sin una pierna, sin un brazo, sin un hijo, sin fortuna…, sigue siendo un hombre. Pero sin dignidad es un payaso que hace reír y termina molestando a todos (Jorge Ángel Livraga).
La debilidad no es rechazo de la fuerza, sino carencia de ella (Jorge Ángel Livraga).
Cada uno de vosotros sois más fuertes de lo que vosotros mismos creéis. En cada uno existe un mundo de sueños y de poderes, existe la capacidad de renovación de todo un mundo. No hace falta que nos aglomeremos o empujemos los unos a los otros. Cada uno, individualmente, tiene dentro de sí fuerza suficiente. Y si nos unimos, mejor todavía (Jorge Ángel Livraga).
La esperanza es una forma de fe (Jorge Ángel Livraga).
Marchando se aprende a caminar. Dando se aprende a dar. Que vuestra generosidad flamee ante vosotros como un estandarte de vida y de esperanza para todos los que se crucen en vuestro camino y que nadie pueda decir: “He pasado ante ellos y no me han dado nada” (Jorge Ángel Livraga).
El temor a demostrar amor es lo que nos ha quitado el derecho a la esperanza. La esperanza ha volado de nosotros, porque, de alguna forma, nos hemos quedado paralíticos, duros, sin poder demostrar nuestras emociones (Jorge Ángel Livraga).
Lo importante no es no tener miedo, sino evitar que el miedo nos tenga a nosotros. El hombre debe ser amo hasta de sus debilidades (Jorge Ángel Livraga).
Si sabéis lanzaros con valor hacia delante, poniendo todo vuestro esfuerzo y sacando fuerzas de flaqueza, renovarlo cuando os sentís cansados y ni concebir mentalmente la posibilidad de ceder a las durezas de vuestro sacrificio, veréis que podéis obrar prodigios. Hacer cosas que, a vuestra edad, son inconcebibles para el vulgo (Jorge Ángel Livraga).
El esfuerzo hace crujir los huesos, pero ilumina el rostro (Jorge Ángel Livraga).
Para cada situación en la vida hay una manera correcta de obrar, por la cual el interior del hombre se expresa en armonía con el hombre (Confucio).
Toda cosa aplicada con exceso deja de ser un bien (Jorge Ángel Livraga).
En el silencio nace la verdad y se crea la expresión (Jorge Ángel Livraga).
No temas al misterio, hazte su hijo predilecto; sabe que el mayor misterio, la raíz misma del enigma, es el motor inmóvil del universo, y a él solo puede llegarse por la sabiduría. La acción y la inacción, la bondad y la maldad, todos los distintos reinos de la naturaleza visibles e invisibles, no son más que campos de práctica, caminos largos o cortos que llevan inexorablemente a la sabiduría (Jorge Ángel Livraga).
No atiendas demasiado a tus preguntas. Lee más bien las infinitas respuestas que te rodean (Jorge Ángel Livraga).
La sorpresa, como el hueco de un cántaro, disminuye a medida que el agua de la civilización de la experiencia llena la vida (Jorge Ángel Livraga).
La inmortalidad es, en cierta forma, un milagro de la inspiración. Sólo aquel que se imagina atemporal puede serlo de manera consciente (Jorge Ángel Livraga).
Los conceptos e ideas también son, en cierta forma, seres que nacen, se reproducen y mueren, para volver a manifestarse en épocas venideras, tomando nuevos vehículos formales. Tu alma será tanto más hermosa cuanto más bellos sean sus habitantes sutiles (Jorge Ángel Livraga).
El tiempo es como la tierra, hay que cavar en ella. Cuando se cava en la tierra sólo superficialmente, se obtiene polvo deleznable, pero si cavamos profundamente, llegamos a encontrar rocas sólidas. Cavando en la historia podemos llegar a encontrar las rocas sólidas de la filosofía. Sobre esas rocas queremos asentar nuestros principios. No nos conformamos con los mil y un comentarios que hay de todos los grandes que han enseñado algo; queremos ir a las fuentes y comprender que hay cosas que sirven para hoy, para mañana y para siempre (Jorge Ángel Livraga).
Quien tiene luz dentro de su claro pecho puede reposar en el centro y gozar de un día brillante (Milton).
El amor no es una actitud contemplativa de derrota, sino una fuerza tremenda que une las cosas y las mantiene (Jorge Ángel Livraga).
La vida no se descubrirá ante ti hasta que aprendas a discernir rectamente y ames sin límites necios y falsos (Jorge Ángel Livraga).
Sin amor no hay conocimiento posible, sin amor no hay posibilidad de emplear de manera recta el conocimiento (Jorge Ángel Livraga).
No es el oficio el que dignifica al hombre, sino este al oficio (Jorge Ángel Livraga).
Tan solo las empresas difíciles valen la pena de ser realizadas, pues hay un misterioso vínculo entre lo difícil y válido (Jorge Ángel Livraga).
Todo camino fácil es camino descendente y precipita al abismo. Elegid siempre caminos ascendentes y duros. Ellos os fortalecerán desde el cuerpo hasta el espíritu. Solo los fuertes pueden mover las broncíneas puertas de la Historia, solo los fuertes pueden bucear hasta el fondo de sí mismos (Jorge Ángel Livraga).
La paciencia es un ensayo de eternidad (Jorge Ángel Livraga).
La mejor forma de mejorar el futuro es afianzar el presente, dignificarlo, trabajar duramente por un mundo nuevo y mejor, sin exigir de ese mundo nuevo algo que no nos atrevemos a exigirnos a nosotros mismos (Jorge Ángel Livraga).
Lo nuestro es trabajar día a día, minuto a minuto sobre nosotros mismos, manteniendo la máxima atención sobre nuestras voliciones, pensamientos y actos. Es arder en la mística impersonal que, más allá de todos los ídolos, nos hace sentir a Dios en medio del pecho. Es estudiar y prepararse para poder entender y explicar los fenómenos. Es perfeccionar o simplemente reparar nuestras herramientas, sean las que sean para ir penetrando en el meollo de este mundo… Es escalar peldaño a peldaño, con tesón fanático, el monte de dificultades que nos cierran el paso (Jorge Ángel Livraga).
Antes de que pueda llegarse a la verdad, tiene que haber una actitud de humildad, carencia de orgullo, reconocimiento de las propias limitaciones y buena disposición para aprender (Sri Ram).
El que desee descubrir la verdad, primero debe enfrentarse a sí mismo tal como es, y debe estar preparado para abandonar aquel molde que es la creación de su pasado (Sri Ram).
Cuando toda la naturaleza externa de uno expresa la manifestación de lo interno, el hombre espiritual, la verdad, lo mismo que la belleza que estaba latente en él, brillará a través de cada acción, de cada movimiento del pensamiento y sentimiento y de cada relación con su vida (Sri Ram).
El verdadero conocimiento es del corazón tanto como de la mente. No es una simple percepción de la forma de las cosas, o un conocimiento de su naturaleza material; debe inducir el alma de las cosas, las ideas divinas que encierran (Sri Ram).
Un hombre se convierte en sabio en la medida en que comprende plenamente su verdadera relación con el universo del cual forma parte (Sri Ram).
Sólo el sabio es el que aprende de la experiencia; la correcta disposición de la mente debería conducirnos a comprender y a reflexionar sobre el significado de cada experiencia, tanto si es agradable como desagradable, tanto que parezca trivial como importante, tanto que afecte a los demás o a nosotros mismos solamente (Sri Ram).
El amor surgirá, como el sol al amanecer, cuando el corazón se abra libre de toda rigidez y egocentrismo (Sri Ram).
En su más pura naturaleza, el amor forja y crea por sí mismo una forma de belleza en la conducta, lo mismo que en el pensamiento (Sri Ram).
Cuando la naturaleza interna de uno está tan despierta que ve la belleza oculta de todas las cosas, entonces su amor es universal (Sri Ram).
Necesitamos preocuparnos, no tanto por las situaciones particulares de las que deseamos librarnos como por las causas de nuestras frustraciones y, por consiguiente, de nuestras preocupaciones (Sri Ram).
Si uno se encuentra en estado de humildad, que es también pureza en el corazón, todos sus actos están revestidos de gracia y de virtud (Sri Ram).
Ser sencillo y natural, percibir la verdad y distinguirla de lo que es falso, de lo que es mera superstición o ilusión, es un estado de la mente y el corazón muy digno de ser sinceramente perseguido.
No se trata de que solucionemos todos los problemas que existen, sino de que tratemos de comprenderlos. Cuando lo hacemos así, la solución aparecerá por sí misma (Sri Ram).
La verdadera comprensión solo llegará cuando se experimente la verdad y no cuando se imagine o se piense en ella (Sri Ram).
Hemos de percatarnos y enfrentarnos a lo que somos, no huir de nosotros mismos hacia un mundo placentero de imaginación o fantasía (Sri Ram).
Necesitamos una comprensión que arranque desde el centro hasta la periferia (Sri Ram).
Vale más sembrar una cosecha nueva que llorar por la que se perdió (Alejandro Casona).
Muchos hombres, como los niños, quieren una cosa, pero no sus consecuencias (Ortega y Gasset).
Muchos creen que tener talento es una suerte; casi nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento.
Fracasamos los hombres y sentimos cansancio ante la vida cuando no tenemos un fin al que dirigir nuestros esfuerzos y pensamientos (Marco Aurelio).
La vanidad bloquea toda experiencia profunda.
El amor es el medio, la verdad es el fin; si utilizamos el medio, tarde o temprano llegaremos al fin, a la verdad, a Dios (Gandhi).
Un hombre puede sentarse en un trono y no sentir ningún apego; otro, vestir harapos y ser presa de él (Vivekananda).
No es posible tocar el pétalo de una flor sin que se estremezca una estrella (Tagore).
No hay situaciones desesperadas, solo hombres que se desesperan (aforismo tibetano).
Si estuvieras libre de temor, ¿sabes lo que ocurriría?: que harías exactamente lo que deseas (Krisnamurti).
Si te subes a un tigre, no podrás bajar de él cuando tú quieras, sino cuando quiera él (proverbio chino).
Nada sienta mejor al cuerpo que el crecimiento del espíritu (proverbio chino).
No pidas a los dioses lo que puedes proporcionarte a ti mismo por tu trabajo (Epicuro).
Id dilatando sin cesar el pequeño círculo de los seres queridos, hasta el día en que envolváis en vuestro amor a la humanidad entera.
Vale más mancharse ayudando a los que están en el fango que separarse de ellos para permanecer sin manchas.
Cuando el individuo de inteligencia despierta toma su evolución en sus propias manos, acelera enormemente su andar (Sri Ram).
La convicción sincera es confiada y tranquila.
Un alma conducida por el temor es cada vez más débil.
La fuerza que sacamos del rencor y de la irritación es solo debilidad.
En vez de amueblar tu casa con muebles suntuosos, por vano amor al lujo, cuídate de amueblar tu alma con la liberalidad de la justicia (Epicteto).
La voluntad de vencer es la que da la victoria; por tanto, lo que es verdad para las grandes luchas que hacen temblar al mundo, es verdad para las luchas oscuras y ocultas de cada vida particular.
Trázate tal norma de vida que puedas seguirla lo mismo cuando estés solo que acompañado (Epicteto).
Las costumbres terminan por tener tal imperio sobre nosotros que, aun antes de darnos cuenta, les hemos sacrificado ya, en cierta medida, nuestra libertad.
¡Ah! ¡Qué mal vive quien sólo vive para sí!
Que el porvenir no te perturbe: tú lo abordarás, si es necesario, provisto de la misma razón que empleas para el presente (Marco Aurelio).
O es perpetua renovación o es una lánguida muerte nuestra vida (José Enrique Rodó).
Ayúdate de la soledad y el silencio (José Enrique Rodó).
¿Cuál es la diferencia entre los dioses y los hombres? Consiste en que, delante de los primeros, muchas olas pasan en un caudal eterno; a nosotros las olas nos levantan, las olas nos tragan y desaparecemos (Goethe).
No hagas nada sin reflexionar y siempre dentro de las reglas del arte (Marco Aurelio).
Antes que nada, sé verídico para contigo mismo. Y así, tan cierto como que la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie… (Shakespeare).
Nunca seré un obstáculo para mí mismo (Agripino).
Es en la acción y solo en la acción cuando la virtud se destaca (Cicerón).
El amor a la vida es casi lo contrario del amor a una larga vida. Todo amor piensa en el instante y en la eternidad, pero nunca en la duración (Nietzsche).
¿Modesto, laborioso, afable, moderado; he ahí cómo queréis al hombre?, ¿el hombre bueno? Pero me parece que es el esclavo ideal, el esclavo del porvenir (Nietzsche).
Solemos llamar vivir a sentirnos empujados por las cosas, en lugar de conducirnos por nuestra propia mano (Ortega y Gasset).
Cuando todo nuestro ser quiere algo, sin reservas, sin temores, íntegramente, cumplimos con nuestro deber, porque es el mayor deber la fidelidad para con nosotros mismos (Ortega y Gasset).
La experiencia no consiste en el número de cosas que se han visto, sino el número de cosas que se han reflexionado.
La vanidad es de los viles; el orgullo, de los grandes (Lord Byron).
Pruébase el oro con el fuego, la mujer con el oro, y el hombre con la mujer (Pitágoras).
Creo que estarás libre de todo deseo cuando hayas llegado al punto de no pedir a Dios nada que no puedas pedirle en público (Atenodoro).
Compra lo necesario y no lo superfluo. Lo superfluo es caro aunque cueste poco (Platón).
Elevad de tal manera vuestra alma que la ofensa no pueda llegar hasta ella (Descartes).
Por lleno que esté el ánimo de las más nobles ideas; por desinteresados que se muestren nuestros móviles; por más que la bondad del fin se guarde incólume en la selección de los medios y aunque estos resulten los más propios, si no se aplican hábilmente, todo se deshace entre las manos, malogrando nuestros mejores planes, e impedimos con nuestra torpeza el bien que no acertamos a lograr y que otros tal vez hubieran conseguido (Giner de los Ríos).
No son menos en número las víctimas de la torpeza que las de la corrupción (Giner de los Ríos).
Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate (Carlyle).
Si te sientas en el camino, ponte de frente a lo que aún has de andar y de espaldas a lo ya andado (proverbio chino).
Mira a las estrellas, pero no te olvides de encender lumbre en el hogar (proverbio alemán).
La inteligencia es una espada cortante y de duro acero. El carácter es su empuñadura, y sin empuñadura no tiene valor (anónimo).
Ciencia sin conciencia no es más que la ruina del alma (Rabelais).
La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades (Sócrates).
El intelecto busca, pero quien encuentra es el corazón (George Sand).
Un débil puede combatir, puede vencer, pero nunca puede perdonar (Adisson).
Las personas débiles no pueden ser sinceras.
En el ser débil está la verdadera miseria (Milton).
La desgracia abre el alma a una luz que la prosperidad no ve.
Tan solo en ausencia del sol se pueden ver las estrellas.
La noche nos oculta el sol, pero nos permite sondear el misterio lejano de las estrellas (anónimo).
Sembrar no es tan dificultoso como cosechar (Goethe).
Es mucho más fácil detectar el error que descubrir la verdad; el primero se halla en la superficie y no cuesta demasiado dar con él; la segunda reposa en las profundidades y explorarla no está al alcance de cualquiera (Goethe).
La verdad es una antorcha, pero gigantesca; de ahí que todos intentemos pasar a su lado con los ojos entornados, temiendo incluso quemarnos (Goethe).
Sólo el maestro puede impulsar el arte. Los mecenas impulsan al artista, lo cual está muy bien, mas con ello no siempre se impulsa el arte (Goethe).
¿Cómo puede uno conocerse a sí mismo?, pues no solo mediante la observación, pero sí a través de la acción. Intenta cumplir con tu deber y enseguida sabrás qué hay en ti (Goethe).
El amor a la verdad se manifiesta en la capacidad de hallar y apreciar lo bueno en todas partes (Goethe).
Debemos cultivar nuestras cualidades, no nuestras peculiaridades (Goethe).
Es preferible realizar una buena acción cerca de casa que ir muy lejos a quemar incienso (proverbio italiano).
El que se domina a sí mismo irradia de todo su ser tal ascendiente que, sin esfuerzo, disipa las dudas de quienes están a su alrededor (O. S. Morden).
Lo mucho se vuelve poco solo con desear otro poco más (Francisco de Quevedo).
Hay una fuente al pie de todos los que mueren de sed (L. Bloy).
Toda la tierra está al alcance del sabio, ya que la patria de un alma elevada es el universo (Demócrito).
Lo que importa más nunca debe estar a merced de lo que importa menos (Goethe).
(En nosotros crece lo que alimentamos en nuestro interior; es el eterno precepto de la naturaleza (Goethe).
Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito (Aristóteles).
No es la razón la que aprende, es la inteligencia. Solamente esa mente esclarecida por la búsqueda de la verdad puede comprender lo que la vida proyecta permanentemente. La razón pretende encontrar razones, suma y resta esperando resultados exactos. La inteligencia, en cambio, percibe proporciones ocultas, números que no se suman ni se restan aunque se combinen de manera perfecta. La razón quiere explicaciones. La inteligencia quiere armonía, y la vida enseña armonía aunque no la explique (Delia S. Guzmán).
Cuando dejes de desvariar entre diferentes razonamientos, buscando el más apropiado para ser admirado por los demás, aprenderás a encontrar las verdaderas ideas que te permitirán entender la naturaleza y sus leyes (Delia S. Guzmán).
La pasividad no es un equilibrio, no es complicada resultante de energías, sino su ausencia (José Ingenieros).
Así como hay arquetipos de forma para la vida de las plantas y animales, también los hay para la vida de los hombres (Jinarajadasa).
En mis habitaciones quiero que se mezcle siempre mucho de cielo con un poco de tierra. Mi vida será de pájaro, porque mis pensamientos y mis palabras tienen alas (Joubert).
En el alma humana existen fuerzas insondables, porque en su fondo está el mismo dios (Gratry).
Cuando un hombre bueno ha vivido a nuestro lado, no nos es nunca arrebatado completamente. Deja tras él un vestigio luminoso semejante a esas estrellas apagadas que se ven desde la tierra después de muchos siglos (Carlyle).
¿Por qué postergar nuestros proyectos? Comenzad ahora mismo a decir: he aquí el momento de hacerlo.
Solo el motivo hace el mérito en las acciones humanas (La Bruyêre).
Podemos porque creemos poder (Virgilio).
Es muy poderoso el “yo quiero” de la voluntad (Eugenia de Guerin).
Un pensamiento que ilumine la existencia; he ahí el mejor regalo que los cielos le pueden hacer al hombre (Edgard Quinet).
El verdadero progreso consiste en renovarse (Alejandro Vinet).
En ciertas cosas, vale más ser engañado que desconfiar (Séneca).
Una voluntad enérgica encuentra tiempo o lo crea (Channing).
Vivir es hacer; para quien no hace nada de su existencia, la existencia es nada (Madam Guizot).
Creerse capaz es casi serlo para el activo (Buxtón).
La tristeza es la muerte del alma. La alegría es la vida (Alejandro Viset).
Una vida ociosa es una muerte anticipada (Goethe).
Hay un proceso de asimilación interior que nos es inadvertido y que se produce cuando nos alimentamos bien, que produce “flores y frutos” a su tiempo y que a veces nos sorprende por el esclarecimiento mental e intuicional que producen, o por la transformación y equilibrio de nuestro comportamiento (M. Sándalo).
La voluntad debe moverse en el terreno que le corresponde, aislada en sí misma. Los obstáculos pueden frenar la acción, pero no pueden frenar la voluntad que hay detrás de la posible acción (Sri Ram).
Hemos de querer atrevernos a todo y desafiarlo todo, a estar repleto de iniciativas, pero hemos de mantenernos dentro de los límites de una síntesis y armonía eternas (Sri Ram).
La voluntad es el libre desenvolvimiento del espíritu (M. Sándalo).
La verdad es una y la misma en todo momento, aunque es infinita en sus manifestaciones. Pero cada uno debe encontrarla por medio de la realización de ella dentro de sí mismo. Y sólo puede descubrirla cuando trata de incorporarla a su vida, de manera que todo lo que es y hace se vuelva más y más selecto cada día (Sri Ram).
Solo una búsqueda desinteresada puede conducir a la verdad, pues toda forma de interés egoísta solo conducirá a una creación que estará al servicio de ese egoísmo (Sri Ram).
La verdad se recluye hacia el fondo cuando el que habla de la verdad se sitúa exageradamente en primer plano (Sri Ram).
Una verdad que no emerge en la forma de su expresión adecuada es una verdad desprovista de poder (Sri Ram).
Sabiduría no es cuestión de retener hechos en la mente; la sabiduría solo puede adquirirse a través de un perfecto vivir (Sri Ram).
Ser sabio es vivir en una armonía interna que finalmente supera todas las discordancias externas (Sri Ram).
La sabiduría en un individuo es la capacidad de reaccionar ante cualquier persona o ante cualquier situación dada, a la luz del conocimiento de la verdadera naturaleza de cada cosa, es un principio que se materializa y opera en cualquier clase de circunstancia (Sri Ram).
El amor es el disolvente del yo inferior (Sri Ram).
Bajo la influencia de su propia mente superior, la cual está aún apareciendo ahora por encima del horizonte, el hombre debe sintetizar y probar por medio de la acción que la diferencia no necesita confrontarse con la diferencia, sino que deberá estructurarse en una unidad (Sri Ram).
Pasar del hombre masa (ya sea en orden perfecto o en masa caótica) al individuo consciente capaz de crear armónicamente pueblos y comunidades. He ahí el sentido de la historia y la evolución, y ese proceso conlleva muchas marchas y contramarchas, muchos aciertos y errores, muchas re-evoluciones. La conquista de ese individuo platónico, esencialmente libre, tiene su raíz, primero, en el interior del hombre. Si solo evoluciona la sociedad pero no los individuos, la historia está condenada a repetirse, pues no se está realizando el sentido de la existencia (M. Sandalo).
Armonía es unidad en la diversidad (Sri Ram),
Dondequiera que esté la vida, existe el proceso de construcción: distintos elementos se alinean en conexiones que hacen de ellos un conjunto viviente, capaz de funcionar juntos en armonía (Sri Ram).
Cuando hemos logrado armonizarnos, no es una condición estática la que logramos, sino una armonía creciente, en la cual cualquier nueva nota que se introduzca no estropea el conjunto de la composición, sino que tiene la cualidad de perfeccionarlo y enriquecerlo (Sri Ram).
La armonía más perfecta es, en realidad, una unidad absoluta, donde la acción de cada parte está tan identificada con la de cada otra que el efecto total es simple y único, como un acorde perfecto (Sri Ram).
Hemos de llegar a ser traslúcidos en lugar de opacos tal como somos en general, y hemos de conseguir una armonía entre lo interno y lo externo, entre lo superior y lo inferior, que es una condición de la verdadera comprensión e idoneidad (Sri Ram).
Cada uno es un tema en la armonía divina, aunque estamos en etapas diferentes de exposición de ese tema (Sri Ram).
Considerad cada contacto como una oportunidad de ayuda, si bien sabed que también es un medio para la autopurificación (Sri Ram).
La sencillez es una neta separación de lo esencial y lo no esencial, de lo verdadero y de lo falso, y es una integración perfecta del pensamiento y el sentimiento (Sri Ram).
La humildad no es la mera conciencia de nuestra pequeñez, lo cual podría ser únicamente un sentimiento de desencanto por no ser tan importantes como desearíamos ser, ni tampoco es falta de estima por uno mismo. Más bien es la erradicación de todo engreimiento, de tal modo que nos volvamos tiernos y amables, que tengamos una amplitud de mente y de corazón, y que sintamos realmente un profundo respeto hacia el otro, sea quien fuere, basado en el reconocimiento de su divinidad (Sri Ram).
La sencillez, que lo reduce todo a su valor esencial, es la marca del hombre espiritual. Es el discernimiento entre lo esencial y lo no esencial (Sri Ram).
La sencillez es una cualidad divina, que en una obra de arte es una expresión de su unidad; en la vida es la cualidad de su acertada dirección (Sri Ram).
La verdadera sencillez no brota de la ignorancia, sino de la madurez de la sabiduría (Sri Ram).
Olvídate de ti mismo y piensa en las estrellas, en la expansión ilimitada del espacio, en la belleza de las flores del campo, en las verdades maravillosas que puedes comprender, la simpatía, el ánimo que puedes dedicarle a alguien que lo necesita; en resumen, en casi todo excepto en ti mismo y en tus deseos (Sri Ram).
El hombre que no quiere nada puede darlo todo Sri Ram).
Que lo mejor de ti sea lo que das a los demás. Nuestra bondad tiene más valor donde más se necesita (Sri Ram).
Si la actitud es de entrega total, todos los problemas están destinados a desaparecer. Semejante actitud es verdadera dignidad (Sri Ram).
Ser espiritual no consiste en abandonar el mundo, vistiéndonos con una ropa especial, practicando determinadas ceremonias, siendo religioso en cualquier sentido convencional. El estado espiritual es un estado de consciencia y de ser, es una integración de mente y espíritu (Sri Ram).
La espiritualidad no es una estúpida respetabilidad ni una piadosa conformidad, sino una vida exquisita, llena de aventura, fascinante y misteriosa (Sri Ram).
El que es espiritual se siente libre para mirar las cosas desde cualquier punto de vista y no está sometido a nada parcial o exclusivo (Sri Ram).
El hombre espiritual es como un niño en su inocencia, naturalidad y sencillez, aun cuando sea la misma fuente de la sabiduría (Sri Ram).
La vida espiritual es una vida creativa para la cual todo lo que no es anónimo o que es causa de sufrimiento es un desafío Sri Ram).
A aquel que quiere vivir espiritualmente no le importa el poder, la posición, el prestigio, la adulación, la importancia o la autoridad, todo lo cual tiene que desaparecer si tiene que pisar el camino de su propia rectitud interna (Sri Ram).
Los instrumentos de cuerda de nuestra vida son pocos en número, pero podemos crear de ellos melodías sin fin (Sri Ram).
El arte de vivir no estriba en vivir solo, sino en vivir y trabajar también con los demás, comprendiéndoles y cooperando para cualquier buen propósito compartido en común (Sri Ram).
Hemos de ser perfeccionistas en cada partícula. Nuestro carácter se construye en nuestra vida de cada día, es moldeado por nuestras reacciones ante cada pequeña circunstancia. El universo se construye así, a fin de que se exprese lo que hay de mejor en cada uno de nosotros, por poco que nos demos cuenta (Sri Ram).
Cada uno de nosotros, en realidad, es una esfera de luz y belleza esperando realizarse (Sri Ram).
Somos como águilas cautivas; pero, incluso detrás de los barrotes, podemos echar una mirada a la expansión de los cielos y arrancar inspiración de una estrella (Sri Ram).
Nuestro estado interno tiene que ser tan firme que esté siempre abierto hacia un medio celestial, o que gire alrededor de una estrella polar que coronará con sus rasgos benéficos cada aspecto de nuestra vida (Sri Ram).
Cada uno tiene en su ciclo interior un mapa de estrellas. Son nuestros sueños, momentos de luz… Algunos son excesivamente móviles y fugaces, por lo que no sirven para trazar una ruta, pero hay estrellas fijas, elevadas y luminosas, que nos permiten trazar un rumbo estable y navegar hacia nuestro destino. De alguna manera, necesitamos poder alzar la mirada a ese ciclo interior, y descubrir nuestras estrellas disipando la niebla que las oculta (Sri Ram).
La soledad es la tierra fértil en la que se desarrolla la individualidad del alma inmortal (Delia Steinberg Guzmán).
Sé como un arpa mágica, donde cualquier brisa errante puede producir una dulce música (M. Sandalo).
Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila cuando todo a tu lado es cabeza perdida;
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan;
Si no desprecias nunca las dudas que ellos tengan;
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
Si engañado no engañas,
Si no buscas más odio que el odio que te tengan;
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres.
Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo,
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas al triunfar, si llega tu derrota y a los dos impostores los tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado, a pesar del sofisma del orbe encanallado
Si vuelves al camino de la obra perdida, aunque esta obra sea la de tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría tus ganancias de siempre a la suerte de un día, y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan, aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga y se agarren contigo, porque no queda nada, porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.
Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman y ni uno te precisa.
Si llenas el minuto inolvidable y cierto de sesenta segundos que te lleven al cielo….
…todo lo de esta tierra será de tu domino y mucho más aún… serás HOMBRE, hijo mío (R. Kipling).

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