EL SEÑOR DE LOS ANILLOS
La trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos, basada en la novela homónima del escritor británico J. R. R. Tolkien, comprende tres películas épicas de fantasía, acción y aventuras: El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo (2001), El Señor de los Anillos: las dos torres (2002) y El Señor de los Anillos: el retorno del Rey (2003).
Las tres películas fueron escritas, producidas y dirigidas por Peter Jackson, coescritas por Fran Walsh y Philippa Boyens y distribuidas por New Line Cinema. Considerado como uno de los mayores proyectos cinematográficos nunca acometidos, con una recaudación global de más de 2900 millones USD,Nota 1 el proyecto completo duró ocho años, con la filmación simultánea de las tres películas y rodadas enteramente en la tierra natal de Jackson, Nueva Zelanda.
A pesar de algunas variaciones, la trilogía sigue por lo general la trama principal de la novela en la que se basa. Ambientada en el ficticio mundo de la Tierra Media, sigue las aventuras del hobbit Frodo Bolsón y sus compañeros en su misión de destruir el Anillo Único y asegurar así la aniquilación del Señor Oscuro, Sauron. Sin embargo, esa comunidad se rompe y Frodo continúa su aventura junto a su fiel compañero Sam y el traicionero Gollum. Por otro lado, el mago Gandalf y Aragorn, heredero en el exilio del trono de Gondor, se unen y lideran a los pueblos libres de la Tierra Media durante varias batallas contra las fuerzas del mal.
La trilogía tuvo un gran éxito de taquilla, alcanzando las tres películas los puestos 26.º, 19.º y 6.º de las más taquilleras de la historia. También fueron aclamadas por la crítica, obteniendo un total de diecisiete premios Óscar, diez premios BAFTA y cuatro premios Globo de Oro, así como amplias alabanzas hacia el reparto y las innovaciones en lo referente a efectos especiales digitales. Cada película de la trilogía tuvo una «edición especial extendida», lanzada un año después del lanzamiento en DVD de la versión proyectada en las salas de cine.
La primera vez que el neozelandés Peter Jackson tuvo conocimiento del libro El Señor de los Anillos ocurrió después de ver la película homónima de 1978, dirigida por Ralph Bakshi, la cual «disfrutó y quiso saber más al respecto».2 Tiempo después, cuando tenía 17 años de edad, leyó una edición basada en el libro3 durante un viaje en tren que duró veinte horas desde Wellington hasta Auckland.4 Curiosamente la banda de rock The Beatles había propuesto al director Stanley Kubrick filmar una película basada en el libro pero a pesar de que United Artists tenía los derechos del libro en ese momento, Kubrick rechazó la oferta creyendo imposible recrear los escenarios y los personajes. 56 7
En 1995, durante la producción de The Frighteners, Jackson consideró dirigir una adaptación de El Señor de los Anillos, al cuestionarse «por qué nadie parecía hacer nada sobre ello».4 A partir de los nuevos logros en el apartado de los efectos por computadora tras el éxito de Parque Jurásico (1993), empezó a concebir una película de fantasía que fuese relativamente seria, y que se sintiera «real». Junto con su compañera Fran Walsh, inició un proyecto para adaptar El hobbit y El Señor de los Anillos al cine. Su agente, Ken Kamins, les informó de que Saul Zaentz poseía los derechos de las obras desde principios de los años 1970, así que se pusieron en contacto con el presidente de Miramax Films, Harvey Weinstein, quien se mostró muy interesado por el proyecto. El plan inicial consistía en realizar la película de El hobbit y, si tenía éxito, continuar con El Señor de los Anillos, dividida en dos partes, pero las negociaciones con Zaentz se alargaron y además solo poseía los derechos de producción de la primera novela, no los de distribución, que estaban en propiedad de United Artists.8 En abril de 1996, debido a que la cuestión legal sobre los derechos seguía sin resolverse, Jackson recibió una oferta para dirigir la nueva versión de la novela El planeta de los simios, de 20th Century Fox, y otra para King Kong, de Universal Studios;9 este último proyecto le entusiasmaba tanto como El Señor de los Anillos y decidió aceptarlo, provocando así el enfado de Weinstein. El director propuso un acuerdo entre ambas compañías con el fin de arreglar la situación y se repartieron los derechos de las películas en Estados Unidos y el extranjero, incorporando Shakespeare in Love al trato.8 No obstante, surgieron problemas de itinerario en cuanto a la elección de locaciones para King Kong, por lo que optó finalmente por enfocarse en El Señor de los Anillos. Ante esto, Universal canceló el proyecto de King Kong10 y, el 22 de enero de 1997, Weinstein consiguió por fin los derechos de El Señor de los Anillos.8
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