1993 Pavarotti Verdi La Traviata - Brindisi
El fenómeno de Los tres tenores fue aplaudido por muchos críticos debido a que implicaba presentar la ópera y la música clásica en general a un público más amplio que el tradicional, pero algunos puristas del género condenaron estos espectáculos alegando que la música clásica no podía ser entendida por las grandes masas, agregando que era absurdo mezclar música popular y música culta con un simple ánimo de lucro en vista de los grandes pagos que los tres cantantes y el director Zubin Mehta habían percibido, más de un millón de dólares estadounidenses (US $1 000 000) por persona). Algunos críticos alegaron que la presentación de la ópera en estadios como en el estadio de Wembley, con amplificadores pesados, contribuye muy poco a la comprensión y apreciación de la ópera. «Entiendo las quejas de los puristas», dijo Plácido Domingo a un entrevistador en 1998, «pero no quiero que los puristas vayan a ver a Los tres tenores».
Los tres tenores fueron una inspiración para otros cantantes de ópera. En Chile surgieron «Los tres tenores chilenos» —conformado por José Azócar, Tito Beltrán y Gonzalo Tomckowiack—, quienes en 2002 realizaron el concierto «Chile tres tenores cantan a Santiago»,4 basado en las actuaciones de Domingo, Pavarotti y Carreras en la final de las Copa Mundiales de Italia 1990, Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea-Japón 2002.
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