LA NIÑA DEL ASCENSOR III
LA NIÑA DEL ASCENSOR III
Leticia intrigada por lo que estaba sucediendo, le dijo entonces al espíritu de la niña.
- Porque hiciste eso?
y el espíritu respondió.
- Porque me pertenece!!!.
Todos se miraron a los ojos, aturdidos por el miedo y la sorpresa, y decidieron que mejor seria no continuar con la conversación. Natalia se despidió del espíritu, le agradeció su presencia y, para mostrarse respetuosa, le pregunto si había algo mas que quisiera agregar. el espíritu dijo que "SI", y acto seguido la copa comenzó a moverse otra vez sobre la mesa, indicando un mensaje, el silencio, era sepulcral, cuando alcanzaron a descifrar:
- Jose no se va !!!.
A esta altura los cuatro jóvenes estaban desesperados, súbitamente se levantaron, encendieron las luces y, luego de dar vuelta la copa, la soplaron, ya que es la manera correcta de cerrar una sección. Sin esperar un solo segundo,Jose, que estaba literalmente aterrorizado, pues el espíritu parecía tener algo personal con el, abrió la puerta y, salio corriendo del apartamento y sin despedirse de sus amigos se dirigió nuevamente hacia el ascensor.
El ascensor no se encontraba en el piso 12, evidentemente alguien lo había destrabado, Jose apretó otra vez el botón, espero unos segundos mientras le sentía subir e igual que antes le vio arribar al frente de el, la única diferencia que al mirar de nuevo por la ventanilla, el ascensor no estaba vacío, sino que adentro se hallaba una figura, que le miraba directamente a los ojos, se trataba de una niña de 12 a 13 años aproximadamente, de cabello rubio, llevaba puesto un vestido color violeta, que contrastaba con la extrema palidez de su rostro y una ojeras violáceas bien pronunciadas, no decía nada, solo sonreía entre dientes, toda una imagen de ultratumba. Jose al verla pensó que se desmayaba, pero aun así, alcanzo a llegar al apartamento de Rafael, llorando mientras relataba lo ocurrido preso de pánico y angustia, sus amigos aun conmocionados tuvieron que admitir, que se trataba de un hecho extraordinario, porque era imposible admitir que una niña estuviese jugando en el ascensor sola a las tres de la madrugada. Todos estaban arrepentidos de haberse puesto a jugar con las cosa del mas allá, sobre todo Jose, para darle animo sus amigos, decidieron acompañarle hasta la calle, y para mayor tranquilidad aun, bajaron con el, por el ascensor, que todavía estaba allí, aunque entonces, completamente vacío.
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